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Al hablar de una alimentación ideal no se hace referencia a una dieta aburrida o alguna con la que se pretenda adelgazar. De hecho es todo lo contrario, la dieta ideal para el estudiante es aquella que llene de energía y que permita liberarla en los esfuerzos que requiere mantener la atención ante una materia o realizar ejercicios especiales para el estudiante.

Un buen estado de salud alimenticia, conllevaría a obtener un excelente rendimiento académico por parte de los jóvenes. La nutricionista María Castiblanco explica que las universidades desde el departamento de bienestar deben intervenir en la salud de los jóvenes con iniciativas que promuevan el descanso y el buen comer.

Recomendaciones para mejorar la concentración:

Comer frutas.

Además de contener altos niveles de fibra, las frutas poseen azúcares, complejos, que son digeridos con más lentitud y facilidad.

Aportan al cuerpo distintas vitaminas y minerales. En su mayoría, las frutas contienen potasio, el cual puede reducir el riesgo de desarrollar cálculos renales y disminuir la pérdida ósea

Racionalizar las porciones.

Come menos, pero más veces en el día. Este hábito mantendrá los niveles de glucosa en la sangre y consecuentemente, los niveles de energía y productividad. Sin embargo, si la alimentación es con poca frecuencia el nivel de azúcar en la sangre bajará, lo que hará que comas en exceso.

Evitar las comidas rápidas.

Aunque decidirse por este tipo de comidas puede ser una elección fácil, ya que ahorran tiempo y dinero, las consecuencias en nuestro organismo y la mente no son buenas. Se ha comprobado científicamente que la comida chatarra, influye de gran manera en el bajo rendimiento.

Evita la cafeína en exceso.

El consumo de grandes cantidades de café u otra bebida con cafeína puede atentar contra tu productividad. Una taza de café negro alzará tu energía solo por un momento. Si se quiere consumir en pequeñas cantidades o reemplazar por una taza de té verde cada día.

Mantenerse hidratado.

El agua transporta los nutrientes a través de todo el cuerpo, además de mantener tu concentración y mejorar el funcionamiento de tus órganos. Si no bebes lo suficiente, tu cerebro y tu cuerpo sufrirán las consecuencias: te sentirás fatigado y probablemente sientas dolor de cabeza.

Desayunar todos los días.

Es recomendable desayunar, ya que este inicia nuestro metabolismo interno, rompiendo con el ayuno nocturno que realizamos mientras se duerme. Así mismo, puede determinar las sensaciones que experimentarás durante el día, como hambre, cansancio, estrés y ansiedad.