Justo hace un poco menos de 15 días Valledupar fue epicentro del primer piloto de la celebración de un evento masivo cultural en el país con la realización del 54° Festival de la Leyenda Vallenata, que reunió nuevamente a los hacedores y amantes del folclor de Francisco el Hombre en la Plaza Alfonso López y en los espacios públicos, parrandas y fiestas privadas por toda la ciudad.
El trabajo combinado de las autoridades locales y nacionales para incentivar y promover la vacunación y la adopción de los protocolos de bioseguridad fue determinante para realizar con éxito la festividad, con la que se dio un gigantesco paso en la reactivación económica, turística y cultural que tanto necesita el país, en especial la región Caribe, que devenga buena parte de sus ingresos de la llamada industria sin chimenea.
De la misma manera se preparan para la temporada de fin de año y vacaciones de año nuevo los tradicionales destinos de sol y playa, y lo que se viene con la reactivación de los festivales y fiestas propios de la época como las fiestas novembrinas en Cartagena y el Carnaval de Barranquilla en febrero. Todos apuntando a la recuperación del empleo y de los ingresos de los sectores económicos en general, pero especialmente el de la industria cultural, artística y del entretenimiento, que fue una de las más golpeadas por los confinamientos necesarios por la pandemia del covid-19.
Las cifras del sector turismo vienen en franca recuperación. Aunque aún se mantienen por debajo de los niveles prepandemia. Según el reporte de agosto de Cotelco, la ocupación hotelera acumulada del país en los primeros 8 meses del año se ubicó en 34,96 %. Este indicador y los resultados de la semana de receso escolar han hecho al gremio aumentar las proyecciones de cierre de año de un 34,0 % al 39,5 %.
La cultura y el turismo solo son dos aspectos del impulso económico que se busca generar en el Caribe colombiano y en el que están articulándose los sectores público y privado en busca del objetivo.
Pero hay unos actores fundamentales en el proceso de reactivación económica y que fueron grandes protagonistas en las demandas de atención estatal que dejó el último paro nacional, y son los jóvenes. Por ello ilusionan los programas como los que desarrollan la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico, dirigidos especialmente a esta población – ‘Quilla Joven’ y ‘Atlántico para los jóvenes’ –, que comprenden una serie de programas y ofertas en torno a productividad, empleo, emprendimiento, arte, vivienda, educación y participación ciudadana.
Parte importante del impulso a este tipo de estrategias que también se están replicando en los diferentes departamentos de la Costa son las grandes empresas, que tras las complejas adversidades que padecieron y los retos que les impuso la pandemia siguen apostando a invertir y generar riqueza para fortalecer el tejido empresarial y apuntalar las proyecciones y el crecimiento económico de la región y el país.
Ahora más que nunca se requiere del compromiso y grandeza de los gobernantes costeños, así como de la resiliencia y el empuje del empresariado para no dejar de creer en la Costa y en el inmenso potencial que tiene nuestra región para ser protagonista de la reactivación y la recuperación económica y de crecimiento del país.
Es un momento crucial en el que nos acercamos, cada vez más, a la salida del túnel de la pandemia. Todos los ciudadanos estamos llamados a seguir dando ejemplo de fortaleza, pero sobre todo de responsabilidad para que la premura de volver a la normalidad no nos juegue una mala pasada. Optimismo razonable, sin duda, pero también firmeza y determinación para encarar con ilusión los muchos retos que están por venir.