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Ponedera es un municipio del centro del Atlántico, en cuyas calles calcinantes hasta hace poco o nada atractivo se veía o se hacía, pero la realidad ha dado un gran giro, y hace poco el pueblo comenzó a ser enclave de las artesanías hechas con el barro que se encuentra en las laderas de sus cuerpos de agua.

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Así es la alfarería de Ponedera o Puerto Alegre - nombre original que a la población le dieron sus primeros habitantes -, donde el trabajo del barro como forma de plasmar voluntades de cambio se ha desarrollado.

Un puñado de familias que ha mantenido el legado de las artesanías en Ponedera hoy está escribiendo una nueva historia, ya que su oficio, artesanal como siempre, está recibiendo el impulso de la empresa privada y fundaciones que le están dando nueva vida.

Arcillas de Puerto Alegre, un proyecto impulsado por las fundaciones Gases del Caribe y Promigas, se trata de una iniciativa que contribuye al desarrollo técnico, económico y social de las familias que mantienen el oficio de la alfarería como una tradición.

'Este proyecto es un tributo al proceso de convertir el barro en piezas únicas. Estamos muy agradecidos con las fundaciones que nos han ayudado porque realzamos la identidad de nuestro municipio a través de un símbolo tan querido como la hicotea, que llega aquí a poner sus huevos y crear más vida. Eso seguimos haciendo: crear, diseñar, imaginar y cuidar nuestro medio ambiente', expresó Carmen Sosa Cano, una de las herederas de la tradición artesanal en Ponedera.

Una larga historia

La alfarería es un oficio con más de 1.000 años de tradición en Colombia. En Ponedera, muy cerca de la ribera del Magdalena, sus artesanos convierten el barro en piezas de colección, y con el apoyo privado se busca seguir fortaleciendo su proceso de creación con más innovación para así sostener a sus familias.

De la alfarería hecha con tornos detracción humana, es decir, pedaleando para que gire, se está pasando a tornos eléctricos, y de los hornos de leña en los que se secaban las artesanías, hoy el proceso migra a los de gas natural.

Las ventajas de la tecnificación