Con la transformación de sus 320 mil kilómetros de tal forma que la ciudad se convierta en la gran despensa agrícola del resto del Caribe y de otras naciones, Montería se prepara para ser la ciudad verde de Colombia, objetivo que de la mano con el proyecto Agrópolis del Sinú.
Así está planteado, de entrada, en el Plan de Desarrollo Montería Adelante 2016 – 2019, que presentó el alcalde, Marcos Pineda García, sancionado ya por el Concejo y cuyo costo es de 2.2 billones de pesos.
Pineda destaca que es ese, precisamente, el principal eje del proyecto que es la hoja de ruta para el desarrollo de la cuidad en los próximos cuatro años. Insiste el mandatario en que será Montería la ciudad inteligente del Caribe, al tiempo de implementar estrategias de seguridad y convivencias para la paz y la participación ciudadana.
'Lo que queremos es generar propuestas innovadoras sostenibles que propendan un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales, y ambientales de nuestra Montería rural y urbana, visionando el sueño de una Montería como una ciudad verde', sostiene el mandatario.
La articulación del Plan Nacional ‘Todos por un Nuevo País 2014 – 2018’, del Gobierno nacional con el plan de desarrollo ‘Montería Adelante 2016 – 2019’, es una de las fortalezas que se destaca del proyecto, con ejes estratégicos claros como: Montería Inteligente, que busca la implementación de políticas integrales para el cierre de brechas, y el logro de los objetivos de desarrollo sostenible, en salud, educación, movilidad, ambiente y cultura.
Se pretende en este componente además generar propuestas innovadoras sostenibles que propendan un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de la ciudad rural y urbana, 'visionando el sueño de una Montería como una ciudad verde'.
Ese ese casualmente uno de los ejes más importantes del plan de desarrollo: Montería Ciudad verde y Sostenible, con el que se busca avanzar en la transformación y renovación integral urbana y rural, de la mano con los actores estratégicos del nivel barrial, veredal, público, privado, nacional e internacional, con la generación de macro proyectos sostenibles.
En ese orden se destaca igualmente el componente de Seguridad y Convivencia para la Paz, que tiene como objetivo desarrollar y fortalecer estrategias de seguridad y convivencia ciudadana, con la participación de las comunidades y las autoridades que tienen que ver con la materia, 'para lograr una Montería pacífica y segura'.
En lo que al eje de Buen Gobierno se plantea la estrategia de fortalecer las instituciones y organizaciones comunitarias para el logro de un buen Gobierno transparente, eficiente y eficaz.
Con objetivos de desarrollo sostenible
En el Plan de Desarrollo de Montería ha sido articulado además con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se destaca, terminar con la pobreza en todas sus formas posibles, asegurar vidas saludables y promover el bienestar para todos, asegurar la calidad y la pertinencia educativa, al tiempo de promover oportunidades de aprendizaje, lograr la equidad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas; asegurar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna; y promover el crecimiento económico sostenible.
Orientar el desarrollo urbano de Montería de manera equilibrada y sostenible, es otro de los propósitos a partir del cual se plantean varios retos para lograr una ‘Montería Ciudad Verde 2019’, que advierte como primero: una movilidad urbana sostenible, que va acorde con la implementación del sistema estratégico de transporte público de la ciudad. Ello incluye corredores de circulación no motorizados y red de ciclovías.
Como segundo reto describe el Gobierno local el tema de la eficiencia energética y uso de energías renovables, de la mano con el propósito de una energía solar y red de escuelas solares. Una primera ya se acondicionó en el corregimiento de Martinica, con sistema autónomo de energía solar.
El tercer reto es la gestión integral de residuos sólidos, para mitigar los impactos ambientales causados por la disposición final de las basuras; la construcción sostenible, que busca revisar la normativa urbana para adaptarla a criterios de sostenibilidad; la responsabilidad ambiental empresarial, en aras de promover la producción y consumo sostenible, con mecanismos de producción limpia; el desarrollo agropecuario sostenible, para implementar sistemas silvopastoriles, tratamiento y valoración de estiércol, rehabilitar suelos degradados y difusión de tecnologías.
El alcantarillado pluvial se definió como el octavo reto en materia de desarrollo urbano, con el fin de lograr la rehabilitación y optimización gradual del sistema de alcantarillado pluvial de la ciudad; y en ese orden se describe la adaptabilidad a las consecuencias del cambio climático, reto que plantea la elaboración del plan municipal para la gestión del riesgo, documento que será actualizado acorde a las condiciones cambiantes del medio ambiente.
La reubicación de la población instalada en zonas de alto riesgo, que permita disminuir la vulnerabilidad a los fenómenos naturales producidos por el cambio climático, se conformó como el noveno reto; y por último la conservación del ecosistema, con la implementación de planes de manejo ambiental que sirvan como herramientas de mitigación, conservación, compensación y protección animal.