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Desde las 7:20 de la mañana de este lunes, cuando se realizaba la homilía de la segunda misa en la Catedral San Francisco de Asís de Sincelejo, empezaron a llegar tímidamente los primeros representantes de la etnia zenú. Este era el preludio de lo que muchos catalogaron como 'toma', pero que fue desvirtuado tanto por la Iglesia como por miembros de la etnia que manifestaron que el objetivo era buscar un acercamiento con el fin de que sirvan de mediadores en el caso de la liquidación de Manexka.

Hasta el mediodía cerca de 100 personas que se identificaron como afiliados y trabajadores de la EPS estuvieron en el interior de la Catedral, al tiempo que algunos líderes se reunían con los sacerdotes Adalberto Sierra Severiche, párroco de la Catedral, y Ramón González, vicario diocesano de administración, quienes representaron al obispo, monseñor José Clavijo Méndez.

Los líderes de la etnia no quisieron pronunciarse, y las conclusiones del encuentro fueron leídas por el párroco Adalberto Sierra.

En el escrito aseguran que el pueblo zenú pide la intervención de la Iglesia a su favor. 'Encontramos unas líneas de convergencia en las que podemos unir esfuerzos en lo que concierne a la vida y a la salud que los zenúes sienten amenazados en el proceso de liquidación de su propia empresa de prestación de servicios de salud, descartamos de antemano las vías de hecho por no ser conducentes a los objetivos que perseguimos', leyó el párroco.