La Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS), reportó el hallazgo de 250 unidades de caracol gigante africano (Achatina Fúlica), de todas las tallas, que pesaron 6 kilos, en el barrio Portal de Almería, norte de la capital cordobesa, tras un llamado de la comunidad que fue atendido por profesionales del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la citada entidad, con apoyo de la Policía Ambiental.
El director de la CRA, José Fernando Tirado, indicó que en la temporada de lluvias nuevamente prolifera la presencia del caracol gigante africano, toda vez que es una de las condiciones que requiere esta especie para reproducirse masivamente.
Tirado indicó que la comunidad debe tener en cuenta varias recomendaciones como: evitar el contacto directo con el caracol y la baba que éste produce, principalmente en los ojos, nariz y boca, mantener a los niños y mascotas alejados de los sitios donde hay presencia de la especie, no concumirlo, lavarlo o transportarlo, eliminar de los jardines restos de madera, tejas, ladrillos, escombros u otros elementos que puedan conservar humedad y servir de refugio y tampoco deben ser incinerados vivos.
'El primer reporte de la especie exótica invasora se registró en el jardín de una vivienda del barrio la Castellana, el 23 de septiembre de 2016, en Montería. Así mismo, se registró la presencia de este individuo en el municipio de Planeta Rica. Desde ese momento la corporación ha venido realizando seguimiento de la presencia de esta especie en los municipios donde se ha registrado el individuo', explicó el director de la CRA.
Explicó Tirado que este animal es una especie invasora que puede medir hasta 30 centímetros y puede adaptarse a condiciones climáticas extremas, además de reproducirse a gran velocidad, toda vez que desova entre 30 y 300 huevos que arrojan crías en 20 días. Además se considera una amenaza nacional para la salud pública.
'Para la sociedad civil un animal que pone en riesgo la salud pública, ya que es vector de nematodos, normalmente presentes en los pulmones de ratas, que se transfiere a los seres humanos al comer caracoles crudos o mal cocidos y que ocasionan en el humano y animales silvestres meningoencefalitis o la ileocolitis eosinofílica, ambas confirmadas en nuestro continente', explicó el director de la autoridad ambiental.
Explica Tirado que cuando el caracol contamina alimentos que son consumidos sin lavar, la persona se expone a que dicho parásito migre dentro de su cuerpo causando dolores abdominales y meningitis, 'una dolencia potencialmente mortal' y agrega que cuando eso ocurre 'pueden producirse irritaciones directas e indirectas que inflamarían las membranas (meninges) que cubren el sistema nervioso'.