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El campesino Evangelista Roatán, nativo de la vereda el Abanico, San Pelayo, se coronó por cuarta vez, como el nuevo campeón del concurso del Comilón de Arroz Colorao, que anualmente se celebra en cada noviembre en el corregimiento los Cedros, jurisdicción de Cotorra, en el bajo Sinú Cordobés.

La competencia, que se realizó la tarde de este domingo, conquistó a por lo menos 3.000 personas que se apostaron en la plaza para observar cómo cada uno de los siete concursantes que se inscribieron repetía las cucharadas desde las totumas que se acomodaron en las piernas.

Roatán se comió 7.5 libras más 4 onzas, mientras que el segundo lugar fue para Lucio López, quien reside en el corregimiento de Carrillo, San Pelayo, y alcanzó a comerse 6 libras y media. López fue el campeón el año pasado con 7.5 libras. Sin embargo, esta vez el estómago no le dio para recibir más.

'No sé qué me pasó, tanto que practiqué comiéndome cada mañana diez plátanos con tres litros de leche', sostuvo López en medio de carcajadas al bajarse de la tarima.

El tercer lugar lo ocupó Eduardo Hernández, quien se comió 5 libras y media. Este concursante reside en el perímetro urbano de Cotorra.

'Me fue regular porque el arroz estaba muy mojado y no prestaba para tragar con facilidad', precisó Hernández.

El ganador de este año, Evangelista Roatán, dijo, de manera jocosa, que se preparó para esta edición comiéndose tres plátanos verdes con sal y agua.

'Llegué al concurso con ganas de repetir el primer puesto. Me comí tres plátanos salados con media libra de queso esta mañana y de ahí no comí más nada para subirme a la tarima con hambre', sostuvo el campeón de los comilones, quien además tiene el récord en el concurso. En 2009 se comió 8 libras y media.

El primer lugar ganó $250.000, mientras que el segundo y tercero obtuvieron $100.000 cada uno.

El Festival del Arroz Colorao se desarrolla en los Cedros, Cotorra, desde hace aproximadamente 10 años, como una forma de hacerle homenaje al cultivo del que, en otrora, vivieron los campesinos de esa región cordobesa. En cada casa, durante el fin de semana de festividad, se preparan uno, dos y hasta tres calderos de arroz colorao con cerdo, gallina o carne, para las familias y para los visitantes.

El concurso del máximo comilón es uno de los atractivos de esta celebración. Los participantes, previa inscripción, suben a tarima y piden una primera porción de arroz, que es pesada públicamente. Una vez van terminando, de acuerdo a cómo sientan su capacidad de seguir comiendo, van pidiendo más mientras los más ‘débiles’ se van retirando hasta que quedan los que más resisten.