La celebración que lideró un habitante de Tuchín el jueves santo, y que no fue propiamente religiosa, terminó con un castigo al estilo de los aborígenes del resguardo indígena Zenú en Tuchín.
Elkin Chávez Vergara fue sometido por varias horas al Cepo, en la cárcel de la etnia de esa zona, porque infringió la norma indígena y encendió su picó ‘El Sabor 3D’, en pleno día santo, cuando la invitación de los líderes era de recogimiento y oración.
La máquina de sonido irrumpió en Petaca, población sucreña, cercana de Tuchín, y la fiesta se extendió hasta el amanecer del viernes.
Desde el sitio del festejo Chávez Vergara se fue hasta Sincelejo después de la fiesta. Sin embargo, a su retorno el lunes a jurisdicción del reguardo fue mandado a buscar por las autoridades zenúes para que pagara por faltar a la disposición que los demás sí respetaron.
La decisión de llevar a Chávez Vergara al Cepo se tomó en medio de una audiencia ante la autoridad de ese resguardo.
Durante la permanencia del castigo permaneció resguardado por no menos de ocho hombres con bastones de mando.
El cepo es un instrumento tradicional de justicia en las comunidades indígenas y se ha mantenido como tal en el resguardo Zenú de Córdoba y Sucre.
El más reciente caso de castigo había ocurrido en febrero de 2016, cuando el entonces rector de la Universidad Indígena e Intercultural de Colombia (Unicjao) fue castigado 12 horas por presuntamente cumplir una directriz del Ministerio de Educación, de cerrar la institución porque supuestamente no cumplía los requisitos para funcionar, mientras los aborígenes le sugerían lo contrario.