Por efectos del invierno dos viviendas han sido derribadas en el corregimiento Palo de Agua, Lorica, y cuyas familias quedaron prácticamente a la intemperie y desprotegidas.
Jenavis Peña, líder comunitaria de esa zona, sostuvo que una primera casa, la del campesino Juan Burgos, una parte de fue al suelo en medio de una tempestad y la otra parte fue destrozada por un árbol de roble que también tumbaron los vientos huracanados.
Similar suerte le pasó en medio de un aguacero a Juan Mora Benavides, cuya vivienda también se desplomó en su totalidad.
'La situación que estamos padeciendo es crítica, además de estos dos hechos el río Sinú está rebosando en varios sectores y cada vez son más las familias inundadas', precisó Peña.
La vocera comunitaria advierte que pese a que en Lorica se decretó la calamidad pública, ninguna autoridad se ha acercado a verificar y censar para precisar el número de damnificados.
'Prácticamente tampoco hay para comer porque los cultivos de pan coger se perdieron por el invierno y empiezan a aparecer los brotes, epidemias e infecciones, especialmente en la población infantil, esto ha sido caótico', explicó Peña.