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Toda una polémica se ha generado en redes sociales a nivel nacional luego de que el Ministerio de Medio Ambiente levantara parcialmente la veda frente al aprovechamiento productivo de la especie del caimán aguja, que en la actualidad prolifera en la Bahía de Cispatá, en el municipio de San Antero, ubicado en la zona de Bajo Sinú, en Córdoba.

A través de redes sociales, algunos ambientalistas han rechazado la decisión gubernamental argumentando que esta especia se encuentra en vía de extinción, sin embargo, las autoridades ambientales de Córdoba aseguran que la población del caimán aguja no se va a ver afectada con la medida de aprovechamiento productivo.

Mientras que algunos lo ven como un daño ambiental, las comunidades de San Antero lo ven como una forma de sustento para sus hogares, pues hasta al momento, serán el única población en el mundo con licencia para la explotación de esta especie.

La Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge, CVS, informó que como autoridad ambiental del departamento de Córdoba, ha propiciado desde hace más de 20 años la conservación de estas especies.

El programa de conservación realizado en esta localidad incluso fue destacado a nivel nacional e internacional por su capacidad auto sostenible. 'El programa desarrollado en el Distrito de Manejo Integrado de la Bahía de Cispatá, logró exitosamente la participación de las comunidades locales, lo que estableció un programa de conservación de la especie Caimán Aguja (Crocodylus acutus), el cual se ha convertido en un referente nacional e internacional con reconocimientos como los premios ‘Gloria Valencia de Castaño’ y ‘Premio Ambiental Caracol a la Conservación al Medio Ambiente – Fauna silvestre amenazada de extinción’', indicó la CVS mediante un comunicado.

Según las directivas de la CVS, el proceso de aprovechamiento productivo del caimán aguja también será vigilado por la comunidad Internacional, quienes serán garantes para asegurar la conservación del caimán aguja que está protegido según los acuerdos establecidos en la Resolución 2298 de 06 de diciembre de 2018.

En el departamento se han invertido más de $1.500 millones de pesos en la capacitación del recurso humano, técnico, científico y financiero para capacitar a las comunidades raizales.

Clara Lucía Sierra, bióloga del Programa de Conservación del Caimán Aguja, explicó que 'hay una población silvestre de la bahía de Cispatá que se recuperó, gracias al apoyo de las comunidades que hace más de 20 años eran los antiguos cazadores, y se han dedicado al trabajo de recuperación y a partir de ahí, la misma población podrá usar los excedentes de esta población silvestre para su seguridad alimentaria'.

Se trata de unas cotas de aprovechamiento que en ningún momento ponen en riesgo a la población silvestre. 'Solo las comunidades raizales de San Antero tendrán la posibilidad de cazar huevos en el área natural e incubarlos según el permiso normativo y regulatorio que se le otorgue'.

En cuando a la polémica suscitada a nivel nacional, la bióloga expresó que 'esos animales crecerán en la modalidad de rancheo, en criaderos cerrados. Al parecer, hay un poquito de desinformación porque en ningún caso se van a cazar animales silvestres'.