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La última vez que algunos amigos vieron con vida a Cornelio Villadiego Contreras, de 51 años, fue en la mañana del pasado martes 30 de abril, cuando el investigador del CTI realizaba la inspección y levantamiento del cadáver de un comerciante informal que se había ahorcado en el interior de una vivienda ubicada en la calle 37 con carrera Primera, en pleno centro de Montería. Posteriormente se volvió a saber de él tras conocerse la noticia de que había asesinado a su esposa y que luego se había quitado la vida con su propia arma de dotación.

Hasta el momento las autoridades no han establecido las razones que llevaron al veterano investigador del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, a cometer el acto que ha causado consternación entre la población cordobesa donde Villadiego Contreras y su esposa eran bastante conocidos.

Precisamente, la última vez que fue visto en sus habituales funciones el investigador Cornelio atendía un caso de suicidio por parte de un comerciante al que se le endilgó una aparente decepción amorosa.

'Ese día lo vimos normal, juguetón como era siempre. Con entera disposición para el trabajo, no sé qué le pudo haber pasado en estos días para que él tomara esa fatal decisión', aseguró un allegado que no quiso que se revelara su identidad.

Cornelio Villadiego Contreras, de 51 años, y Bercy Suárez Puello, de 44 años, habían contraído matrimonio el pasado sábado 27 de abril y cinco días después murieron de manera trágica luego de que, por circunstancias que se desconocen, el reconocido investigador disparara en repetidas ocasiones contra su mujer y posteriormente se quitara la vida.

Los hechos ocurrieron al mediodía del jueves 2 de mayo, bajo la sombra del caney de una humilde parcela, en la vereda Changai, en el corregimiento Buenos Aires – La Manta, en zona rural de Montería.

En la diagonal N°2 del barrio Santa Lucía de la capital cordobesa, precisamente en la casa donde vivía la pareja, se realizan los preparativos para recibir los cuerpos de ambos, que en la mañana de este viernes 3 de mayo reposaban en las instalaciones de Medicina Legal, donde los peritos forenses realizaban las labores de rigor.