Algunos aglomerados en el coliseo del municipio de San José de Uré, otros hacinados en viviendas de familiares, así permanecen los 279 campesinos que se desplazaron por las dos masacres en el sur de Córdoba, quienes ahora corren el riesgo de convertirse en un foco de coronavirus.
Las organizaciones defensoras de derechos humanos en Córdoba llamaron la atención de las autoridades, no solo en cuanto a la necesidad de establecer acciones que garanticen el retorno, sino para implementar medidas bioseguridad durante la permanencia de las familias en condición de desplazamiento.
Según los datos revelados por la fundación social Cordoberxia, en total fueron 67 familias, equivalentes a 279 personas, provenientes de la vereda La Cabaña.
La gran mayoría están albergados en el polideportivo del barrio La Esperanza, en el casco urbano del municipio.
'Este no es un albergue humanitario, no hay dormitorios, no hay agua potable, no hay baños. La noche del 27 de julio cenaron sobre las 10:00 de la noche, les ha tocado pedir posada, caridad en hogares de amigos, conocidos para que les permitan dormir', señala el organismo no gubernamental.
El censo inicial destaca entre el grupo de desplazados, la presencia de 52 niños, 105 mujeres de las cuales hay una embarazo, dos personas con discapacidad física y varios adultos mayores.
En el lugar se requieren tapabocas, puntos para el lavado de manos e incluso baños públicos.
Voceros de la citada fundación social informaron que los desplazamientos se desataron luego de que en la madrugada del 27 de julio de 2020, en la vereda La Cabaña, del corregimiento Versalles, en San José de Uré, sujetos armados irrumpieron en una parcela de la zona y raptaron a tres miembros de una misma familia.
Las víctimas fueron identificadas como Elizabeth Melendres, de 64 años; Vitaliano Feria Morales, de 66 años; y Édison Melendres López, de 36 años.
Los cadáveres fueron hallados horas más tarde, y presentaban heridas por arma blanca.
'Este hecho se conoce que fue perpetrado por miembros de ‘los Caparros’, con injerencia en la zona', aseguró la Policía.
Hasta el momento se desconocen las razones claras por las cuáles arremetieron contra los miembros de esta familia.
Se supo que los sujetos armados aprovecharon su presencia entre la población para ordenarles a los campesinos que abandonaran la zona o de lo contrario serían decapitados.
Cabe recordar que al día siguiente, es decir, en la tarde del 28 de julio de 2020, a eso de las 4:00 de la tarde, en un paraje solitario del corregimiento Puerto Colombia, en la vía que del municipio de San José de Uré conduce a Montelíbano, fueron hallados amontados tres cadáveres, correspondientes a John Jairo Velarde Andica, de 46 años, y los menores de edad Yorvis Yesid Velarde Vergara, de 15 años, y Luis Mario Payares Cali, de 16.
Los voceros de Cordoberxia expresaron que 'lo que se conoce hasta ahora es que provenían del municipio de Montelíbano, entraron a una zona prohibida. Debido a la puja por el control territorial que se libra a sangre y fuego entre los grupos paramilitares ‘Clan del Golfo’ y ‘los Caparros’, toda persona desconocida que esté en territorio de influencia directa o de manipulación de un grupo o del otro, será asesinada: Ese parece ser el mensaje terrorista'.