Para obtener una tonelada de aceite de coco, Lucellys María González Puello y sus socias deben procesar unos 6 mil ejemplares de este fruto tropical, que luego es destilado hasta conseguir la grasa que surge de la pulpa.
Anteriormente el coco en San Bernardo del Viento solo era utilizado para elaborar ricos platos típicos, como arroz y guisos, pero luego de la unión de un grupo de mujeres cabeza de hogar los cocoteros se convirtieron en un sinónimo de belleza y salud.
En total son unas 14 personas, víctimas de la violencia de la guerra y violencia intrafamiliar, quienes conforman la Asociación de Mujeres Productoras de Aceite de Coco, Aceluz, dedicada a la producción del aceite de uso estético y médico que se comercializa en Montería, Barranquilla y Cali; y sobre pedido a través de redes sociales en cualquier parte del mundo.