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Nadie en Montería y Córdoba, distinto a los miembros cercanos de su familia, sabe en detalles cómo transcurrieron los últimos días del senador Musa Besaile Fayad, antes de someterse a la justicia para dar cumplimiento a una orden de captura por el sonado ‘cartel de las togas’.

Después que el fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez, reveló hace un par de semanas que al congresista sahagunense lo buscaba el CTI, en varias de sus propiedades, fue cuando más se le perdió el rastro.

En Córdoba se comentó en los pasillos que Musa estuvo todo este tiempo en una finca arrocera cerca de San Marcos, Sucre, rodeado de un reducido grupo de amigos, donde además recibía el apoyo de su esposa, Milena Flórez, a quien además se le observó mucho en Montería. Sin embargo, siempre guardó

prudencia sobre el paradero de su esposo.

La versión que el parlamentario estaba en tierra sucreña tomó más fuerza desde la tarde del jueves, en pleno partido entre Colombia – Paraguay, cuando empezó a correr el rumor de que planeaba su entrega en Sincelejo. En esa ciudad también se activaron las alarmas, hasta que se confirmó que Besaile había llegado acompañado de su familia al comando del Departamento de Policía Córdoba, en Montería.

'Musa no podía estar en ninguna de sus propiedades cercanas, porque él sabía que lo estaban buscando', sostiene un desprevenido ciudadano en el parque San Juan de Sahagún, cuando empieza a caer una tenue llovizna.

Cerca de Sahagún Besaile posee las haciendas ‘Villa Mile’, cuyo nombre es en honor a su esposa, la médica Milena Flórez, natural de Sincelejo; Villa Yolanda, en honor a su señora madre, Yolanda Fayad, quien habita en la gigantesca mansión de la familia en el centro de Sahagún; y Nuevo México, ubicada en el sitio la Estación, en la vía a la Unión Sucre.

Por versión de su misma esposa, entregada a los medios a través de un video, Musa presenta quebrantos de salud, aunque no específica qué lo aqueja. En Sahagún reconocen que el político ha estado muy estresado. Sin embargo, pocos alcanzaron a verlo o saludarlo por lo menos durante las dos últimas semanas.

Besaile fue enviado a Bogotá a las 11:30 p. m., de este viernes sin cenar, debido a que un pedido que habían hecho para él y su familia desde el comando de la Policía, llegó diez minutos después de haber partido la caravana que lo trasladó hasta el aeropuerto los Garzones, donde abordó un avión de la Policía.