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El desmovilizado Joyce Rafael Hernández, uno de los seis capturados por la desaparición del jefe de regalías de la gobernación de Córdoba, Jairo Zapa Pérez le confesó a la Fiscalía que asesinó al funcionario. Al parecer por un preacuerdo con el ente investigador, se comprometió a señalar el sitio donde habría sido enterrado el cuerpo la misma tarde del 27 de marzo, cuando a Zapa, de 36 años, le perdieron el rastro.

Hernández, que se encuentra preso en la cárcel Las Mercedes de Montería tras haber sido asegurado el primero de mayo, acompañó a una comisión de antropólogos, médicos forenses, investigadores del CTI y Fiscales durante ocho horas ayer, en tres sitios que a él se le parecen al que escogió para dejar el cadáver bajo tierra. Sin embargo, la búsqueda fue suspendida a las 4:30 p.m., porque el confeso asesino no ubicó el lugar.

La búsqueda se está dando en la subregión del San Jorge, inicialmente en jurisdicción del sitio conocido como El Varal, pero después de 2:00 p.m. se desplazó a jurisdicción del corregimiento La Magdalena, perteneciente al municipio de Pueblo Nuevo, en un predio de razón social Milán, cerca de la carretera troncal.

Los peritos de la Fiscalía decidieron suspender las labores sin hallar rastros de Zapa. Sin embargo, en el último lugar donde excavaron, en la quebrada La Cárcel, a ocho kilómetros de Pueblo Nuevo, se sintió un fuerte olor fétido, pero sin ningún elemento que corroborara restos óseos.

Hernández le dijo a la Fiscalía no haberse ubicado debido a que no conoce bien la zona, toda vez que, como lo señaló el fiscal segundo especializado de Montería, Víctor Esquivia, en las audiencias concentradas del pasado primero de mayo, este hombre habría sido traído desde Santa Marta, de donde es oriundo, exclusivamente para asesinar al director de Regalías. Al final de la tarde trascendió que el desmovilizado le habría pedido a la Fiscalía tres días para establecer bien el lugar donde habrían quedado los restos del funcionario.

La directora de fiscalías en Córdoba, Gilma Londoño Gánem, en una breve declaración dijo que la excavación en busca del cuerpo de Zapa, hace parte de la investigación que está en proceso de recopilación de material probatorio para la presentación del escrito de acusación, a finales de este mes.

La confesión de Hernández le da un vuelco al proceso toda vez que los seis imputados están siendo juzgados por desaparición forzada agravada, si se tiene en cuenta que ninguno de ellos había confesado el homicidio, excepto la versión de una testigo de Santa Marta, quien le habría asegurado a la Fiscalía que el funcionario esa misma tarde del 27 de marzo fue estrangulado.