Con detención preventiva en establecimiento domiciliario fueron cobijados los cinco jóvenes capturados tras ser sindicados de conformar una banda dedicada, según las autoridades, al expendio de droga al interior de la Universidad de Córdoba.
Visiblemente afectados, pero convencidos de su inocencia, salieron del Palacio de Justicia de Montería los cinco estudiantes universitarios que fueron capturados por la Policía Metropolitana luego de haber sido señalados de, supuestamente, conformar una banda dedicada al expendio de alucinógenos en el interior de la Universidad de Córdoba.
Los jóvenes procesados fueron identificados como José Gustavo Salgado Oviedo, Daniel Andrés Lugo Ayazo, y Jairo Enrique Varilla Gómez, quienes son estudiantes activos de la Unicor, en las carreras de ingeniería de alimentos, educación física y ciencias sociales, respectivamente.
Los otros dos detenidos responden a los nombres de Iván Andrés Vargas Rivero, quien sería estudiante de una universidad privada de Montería, y José Gustavo Salgado Oviedo, más conocido como ‘Chocobreak’, quien ya no estudiaba en el alma mater, pero asistía frecuentemente porque, según él, se ganaba la vida vendiendo dulces en el campus universitario.
Los cinco detenidos habían sido apresados por las autoridades, en medio de una serie de allanamientos realizados por parte de las unidades de la Policía Metropolitana y posteriormente fueron dejados en poder de la Fiscalía que les imputó el delito de porte de estupefacientes en concurso con concierto para delinquir.
Durante las audiencias preliminares, que duraron tres días, los jóvenes acusados no aceptaron cargos y se basaron siempre en la insistencia de su inocencia, sin embargo, la Fiscalía presentó supuestos audios y videos que comprometían a los procesados con el proceder que se les endilgaba.
Precisamente Jairo Varilla y Andrés Lugo son reconocidos en la universidad porque a finales del año pasado realizaron una huelga de hambre durante varios días, como una forma de exigir la continuidad de los diálogos que en ese entonces sostenían los representantes del Gobierno Nacional con los estudiantes universitarios del país.
Habla la defensa
Víctor Sandoval, representante de la defensa de José Gustavo Salgado Oviedo, le manifestó a EL HERALDO que 'las diligencias judiciales concluyen con medida de aseguramiento domiciliaria con brazalete electrónico, una decisión que no fue apelada por la defensa'.
El jurista explicó que a pesar de tener un brazalete de monitoreo, los jóvenes no podrán regresar a la universidad hasta tanto un juez les conceda ese beneficio en audiencia.
'Este tipo de medida no les permite regresar a la universidad por lo que ahora tendrían que solicitar una nueva audiencia que les permita pedir el beneficio de poder acudir a un centro de formación y continuar con su educación profesional', sostuvo el abogado Sandoval.
'Mi único pecado es vender dulces'
La decisión fue tomada por un juez de garantías, al mediodía de este lunes 21 de octubre, luego de tres días de audiencias en el Palacio de Justicia de Montería. En medio de las lágrimas, los procesados aseguraron ser inocentes de los delitos que se le imputaron.
Al término de la audiencia de definición de medida de aseguramiento, José Gustavo Salgado Oviedo, más conocido como ‘Chocobreak’, insistió en medio de las lágrimas que era inocente de lo que se le acusaba.
'Mi único pecado es vender dulces para mi sustento, ese es mi único pecado porque yo soy una persona de bien', sostuvo mientras era conducido junto con sus compañeros de infortunio, por parte de los investigadores de la Sijín de la Policía, que posteriormente los dejaron en poder del Inpec para que fueran conducidos a sus respectivos lograres de arraigo desde donde afrontarán la reclusión preventiva.
Familiares y amigos de los jóvenes procesados permanecieron en las afueras del Palacio de Justicia, ubicado en la calle 27 con carrera 2, en pleno centro de Montería, pues el juez del caso solicitó que se prohibiera el ingreso de personas a las audiencias preliminares, argumentando la orden como una medida de seguridad.
Al finalizar las audiencias muchos de los familiares de los procesados se mostraron abatidos y no quisieron referirse a las medidas tomadas por parte de las autoridades en contra de sus seres queridos.