'La tía Carmen fue el puente con la cultura, con mi sangre Caribe', aseveró el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, a EL HERALDO en las exequias de quien fuera su madre de crianza.
El mandatario de los capitalinos visitó su natal Ciénaga de Oro el sábado para cumplir la última voluntad de Carmen Petro Sierra, que fue sepultada en el cementerio central de esa población ese día en horas de la tarde.
Los sancochos de gallina, comida favorita del alcalde, que le preparaba tía Carmen cuando la visitaba, ahora solo están en sus recuerdos. Ella fue quien le curó los pies ampollados cuando regresó del monte tras haber pasado varios días tratando de alcanzar a una patrulla del M-19. Su aventura no pasó de ser eso, puesto que su papá lo encontró y lo llevó hasta la casa de Carmen para que lo curara.
La imagen de la matrona de 93 años, quien falleció de una afección pulmonar el viernes, le viene en oleadas al hoy destituido burgomaestre de la capital colombiana. 'En esta casa de palma, bahareque y muy humilde pasé muchos años de mi niñez y mi juventud', declaró acongojado Petro Urrego.
Bajo la tutela de la tía Carmen, como era conocida en todo el pueblo, se crió Gustavo Petro. El día de las exequias el funcionario se sentó al lado de sus familiares a recordar las travesuras que realizaba cuando apenas era un mozalbete. Fue, precisamente, la tía Carmen quien lo llevaba al caño Aguas Prietas para que ‘Gustavito’, como ella le decía, se bañara.
'Acá venía regularmente durante tres veces al año, cuando mi vida se partía entre mis estudios y mis familiares en Zipaquirá', aseveró el mandatario, mientras observa el mobiliario y las paredes de la casa que hoy están más vacías por la partida de su ser querido.
'Fue un niño muy pensativo, serio y bien educado. Casi nunca lo regañamos', aseveró doña Carmen en 2011, cuando este medio la entrevistó en su casa del barrio Los Ángeles. En ese entonces su hijo de crianza era candidato a la alcaldía de Bogotá, donde competía con Enrique Peñalosa y con la hoy directora del Sena, Gina Parody.
Después de saborear en casa de unos primos un suculento pescado frito acompañado con arroz de coco y guarapo de panela, Petro tomó un descanso, puesto que en las últimas horas su agenda estuvo ajetreada. Fue antes de comenzar su discurso del viernes ante miles de seguidores en la Plaza de Bolívar en Bogotá, que le avisaron del deceso de su familiar.
'Fue muy duro recibir la noticia. Eran las 11:00 de la mañana del viernes cuando me avisaron. En esos momentos me preparaba para la manifestación', aseveró. Acotó que tuvo 'que hacer una separación entre lo que era la manifestación y lo que por dentro se siente'.
Al día siguiente tomó un avión rumbo al aeropuerto Los Garzones de Montería, donde lo esperaba una fuerte escolta policial que lo llevó por tierra a su natal Ciénaga de Oro, a la que se refirió como 'mi espacio de libertad y de conocimiento mismo de la vida de la población'.