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En la cálida y polvorienta Sabanas de Beltrán –una exigua porción de tierra erigida en medio de una espesa vegetación, al suroriente de Sincelejo, en la vía que conduce a Magangué (Bolívar) nació el sábado 17 de abril de 1943 Alfredo de Jesús Gutiérrez Vital.

Fue el primero de los cinco hijos que procrearon Alfredo Enrique Gutiérrez Acosta, acordeonero proveniente del Magdalena Grande, y Dioselina de Jesús Vital Almanza, nativa de Sabanas de Beltrán.

La casa donde nació Alfredo Gutiérrez Vital estaba edificada con arena, madera y estiércol de ganado vacuno. Contaba con una salita, donde no cabían más que cuatro taburetes, un sillón metálico, un espejo vetusto, una tinaja y una mesa. Sobre esta se colocaban, en el día, gruesos cartones que se empleaban como abanicos para apaciguar el calor del mediodía; un frasco lleno de tabacos y calillas, una cajita de fósforos, un mechón, un vaso de cerámica, que nadie utilizaba, y un florero de cristal con rosas artificiales de diversos colores.

Esta es la casa donde transcurrió la infancia de Alfredo Gutiérrez.

Por las noches, esa mesa era acondicionada como lecho para dos de las cuatro niñas del hogar. En uno de los rincones estaban colgadas dos hamacas.

El rancho tenía el suelo de tierra pisada y el techo era de palma amarga. Fotografías familiares y un almanaque de principios de siglo adornaban las semiderruidas paredes.

El desnivel de la casa era notorio. Sin embargo, para los integrantes de la familia fue una coraza impenetrable en la que se protegían de los tiempos difíciles.

Cuando Alfredo vio la primera luz, Sabanas de Beltrán, corregimiento del municipio de Corozal, hacía parte de las sabanas del departamento de Bolívar, junto a Sincelejo y todas las municipalidades, corregimientos, caseríos y veredas que hoy pertenecen a Sucre.

Veintitrés años después del nacimiento de Alfredo de Jesús, toda esa región sabanera fue segregada del departamento de Bolívar, mediante Ley 47 del 18 de agosto de 1966, y elevada a la categoría de departamento. El nuevo ente territorial, bautizado Sucre, inició su vida administrativa el 1 de marzo de 1967.

A lo largo de los años, al corregimiento de Sabanas de Beltrán se le ha conocido mejor como Paloquemao. Se afirma que un rayo, durante una borrascosa tormenta de octubre, carbonizó el frondoso árbol de carreto que había a un lado de la carretera, a pocos metros de la entrada principal del pueblo, y que era uno de los elementos distintivos de la población. De ahí se derivó el nombre Paloquemao.

A finales de los 60, Sabanas de Beltrán o Paloquemao dejó de pertenecer políticamente a Corozal para formar parte del municipio de Los Palmitos.