Un estudio hecho sobre un famoso autorretrato de Leonardo da Vinci mostró que los ‘cromóforos’, los átomos que colorean las moléculas, ayudan a medir la degradación de los antiguos documentos y obras de arte en papel, según un artículo que publicó ayer la revista Applied Physics Letters.
Un grupo de expertos en los procesos de degradación del papel, de Italia y Polonia, analizó un dibujo en tiza roja hecho sobre una hoja de papel de 33 por 22 centímetros entre 1510 y 1512 y que se considera un autorretrato de Da Vinci.
La obra se encuentra en la Biblioteca Real de Turín (Italia) y Da Vinci tendría unos 60 años cuando se hizo el dibujo.
A lo largo de los siglos la exposición a la humedad y el ambiente cerrado han tornado amarillento y, en algunas áreas, casi marrón, el papel, reduciendo el contraste con la tiza y, como resultado, ha disminuido la visibilidad del dibujo.
Joana Lojewska, profesora en el Departamento de Química en la Universidad Jagiellonian de Cracovia (Polonia), explica en el artículo que 'durante los siglos, las acciones combinadas de la luz, el calor, la humedad, las impurezas metálicas y ácidas y los gases contaminantes modifican el color blanco en el componente principal del papel antiguo: la celulosa'. 'Este fenómeno causa daño grave y afecta negativamente el disfrute estético de las antiguas obras de arte en papel', añadió.
Los cromóforos, esto es los átomos que colorean a la molécula, son la clave para entender el proceso de degradación visual ya que se cuentan entre los productos químicos desarrollados por la oxidación durante el envejecimiento dentro de la celulosa.
Olivia Pulci, profesora en el Departamento de Física de la Universidad de Roma Tor Vergata, señaló por su parte que la decoloración amarillenta ocurre 'cuando los cromóforos dentro de la celulosa absorben las gamas violeta y azul de la luz visible y dispersan mayormente las porciones amarilla y roja, lo cual resulta en la tonalidad marrón amarillenta característica'. Efe