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La larga cabellera que enmarca los ojos y la sonrisa de Veruschka, idénticos a los de su padre, la peinó infinidades de veces el autor de La Piragua, en esa población del viejo puerto. José Barros hacía una trenza perfecta para todos los días escolares de Veruschka y los de su otra hija, Kathyusha.

Veruschka no lo recuerda como un hombre afectuoso, de besos y abrazos, pero sí como un ser humano absolutamente entregado a su tarea de padre-madre, que desarrolló junto a Boris, el tercer hijo de la unión con Dora Manzano.

El lazo que para aquellos tiempos llevaban casi todas las prendas infantiles femeninas lo hacía tan bonito José Barros que Veruschka se enternece ahora adulta recordando cómo llegaban a su casa sus amigas para que el compositor de La Llorona Loca les hiciera aquellos lazos.

Veruschka es de estatura baja como su padre. Su nombre es recurrente en los libros de autores rusos que devoraba con fervor José Barros, quien sacó los ojos idénticos a su abuela Eustacia Palomino, de origen indígena y quien se casó con el portugués Joao Do Barros Traveseido.

No heredó el talento musical y muchos menos el poco conocido ritmo 'katanguelé'. Lo de Veruschka es la administración hotelera pero también la Fundación José Barros, el Festival Nacional de la Cumbia, en pocas palabras lo suyo es José Barros.

Ella sigue viviendo a orillas del viejo puerto, rodeada por diplomas, trofeos y medallas de su querido padre. La nostalgia se apodera por un momento de sus ojos y de su voz que se quiebra para recordar que el 12 de mayo de 2007 su papá, que la ayudaba a alistarse todos los días para ir al colegio, había muerto.

Su padre va más allá del compositor. Solo al final de la adolescencia empezó a comprender que era importante 'cuando una máquina del cuerpo de bomberos lo paseó por el pueblo y porque llegaban periodistas todo el tiempo y a cualquier hora'.

En su mente, Barros es el hombre 'estricto, sicorrígido con el orden. No soportaba una arruga en las sabanas de su cama, ahora yo soy igual'. Él no solo son sus más de 700 canciones, sino los libros que Barros leía sobre socialismo.

También se sale del esquema popular de las canciones que conocemos todos: La Piragua, El Pescador, Las Pilanderas. Le gustan más los boleros y tangos como Viejo carrusel y Como tu reías. 'En esos géneros musicales está plasmada su vida. Era el verdadero rey del despecho. Es un genio de la música, pero también de la escritura, en lo que leía, y eso se refleja en lo que componía en el uso de la gramática, la métrica', dice orgullosa 'Barros solo cursó hasta tercero de primaria'.

Uno de sus sueños es que el material impreso, cuatro libros inéditos de Barros salgan a luz pública, entre ellos Cuando iban a matar a Zandalio Zapata y En Busca de Estrellas, además de un documento biográfico.

Su rostro denota alegría porque el Mincultura adelantará un proyecto en su casa para crear un Centro de Documentación. Las historias de Barros son inmensas como los 100 años que cumpliría este sábado. A estas horas las vecinas Ligia de Casado y María Elvira Vigna tenían los ingredientes para el pudín que al amanecer de cada 21 de marzo le llevaban inmancablemente a José Barros, en su casa de El Banco, Magdalena.

El premio Cocoroyó

–Ha sido creado a nivel nacional el ‘Premio Cocoroyó’, inspirado en la canción ‘El gallo tuerto’, para que grupos dancísticos colegiales presenten montajes coreográficos inspirados en el legado musical de José Barros.

–Emisoras universitarias, comunitarias, de la Policía y del Ejército harán sonar en el 2015 música del compositor banqueño.

–El Banco Virtual de Partituras y el Proyecto Editorial Virtual del Plan Nacional de Música para la Convivencia permitirán la descarga gratuita de 15 arreglos de 5 obras de José Barros.

Cantadoras le cantan a José Barros