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Los telones del escenario se abrieron a las 3 de la tarde en el auditorio del Teatro Amira de la Rosa y el público expectante recibió con aplausos a Katiuschka, Veruschka y Adolfo Barros, hijos de José Barros, compositor nacido en el Banco, Magdalena. Así inició el conversatorio: ‘José Barros en Familia’, una jornada memorable conducida por Juan Gossaín, en el marco del Carnaval de las Artes de este año, realizado en enero.

Junto a los tres herederos del Maestro Barros, Gossaín inició su intervención en rol de periodista y conductor del conversatorio; sin embargo mientras el diálogo avanzaba reconoció haber bautizado a Katiuschka a petición del compositor que tímidamente le concedió el honor de ser parte de su círculo cercano.

En el fondo del escenario apareció una fotografía del compositor en blanco y negro, de pie sobre una piragua con el río Magdalena de fondo. En el teatro resonó la melodía de El Pescador, que fue interpretada en vivo por la Orquesta de Pacho Galán, dirigida por Adolfo Barros que con el vaivén de sus brazos orientó la narración musical de las letras de su padre. 

Katiuschka habló del orgullo que representa para ella llevar a cuestas el legado de un hombre reconocido por artistas como Agustín Lara que lo llegó a considerar el mayor compositor de Latinoamérica. Por su parte, Veruschka refirió la anécdota familiar que rodea la selección del nombre de su hermana y el suyo.

José Benito acompañado por el maestro Jorge Villamil y el narrador radial Marcos Pérez 

‘‘Una vez un periodista llegó al Banco a entrevistar a mi papá y le preguntó el porqué del nombre de mi hermana y el mío. Él le respondió: Es que antes yo era socialista, pero ya no soy nada’’, contó entre risas con el beneplácito de los asistentes. Veruschka ahora lidera la Fundación José Barros y el proyecto para salvaguardar el Festival Nacional de la Cumbia que es apoyado por el Ministerio de Cultura.

El segundo segmento de la entrevista acabó y con el repunte melódico del piano y los golpes sonoros del timbal se escuchó a la Orquesta de Pacho Galán cantar El Guere- guere, una de las tantas historias traducidas en canciones que José Barros extraía de la cotidianidad del pueblo ribereño en el que nació.

El público aplaudió con entusiasmo y retornó a un silencio devoto al escuchar a Juan Gossaín afirmar que aunque Barros era capaz de escribir milongas, tangos, porros, rancheras, entre otros géneros, en ‘‘su universo musical permaneció siempre la cultura del río’’, a lo que Veruschka añadió que el entorno de los pueblos ribereños y su cotidianidad nutrió la obra de su padre.

Gossaín fue testigo de la germinación del Festival de la Cumbia, iniciativa de Barros.

‘‘Fui a cubrir el primer Festival de la Cumbia en el Banco, Magdalena en 1970. Yo era tan joven que hasta tenía pelo’’, bromeó Gossaín que describió al compositor como el único capaz de mantener la rigurosidad de los trajes de corbatas en un clima tan caluroso como el del Banco.

La velada llena de remembranzas, de canciones y letras con personajes del Caribe finalizó en un homenaje al son de cumbia, con las polleras de cumbiamberas ondeando sobre el escenario. Adolfo Barros despidió los últimos compases de El Pescador y dijo minutos antes de que la orquesta dejara de sonar: ‘‘En nombre de la familia Barros, muchas gracias’’. El telón se cerró y la imagen de José Barros sobre su piragua se fue tras él.