Se cumple hoy un año de la muerte del colombiano eterno, Gabriel García Márquez, escritor que sigue en este mundo con un legado vigente e imprescindible en la historia de la literatura del siglo XX.
Un Jueves Santo 17 de abril de 2014, García Márquez no superaba una infección pulmonar y fallecía en la capital mexicana a los 87 años, donde llevaba más de cinco décadas residiendo, en su casa ubicada en la calle Fuego.
El novelista había llegado el 8 de abril trasladado por una ambulancia del hospital donde estuvo internado unos días. Como pasó con su estado de salud en los años previos a su muerte, el hermetismo sobre su evolución fue total, hasta que los rumores del fallecimiento traspasaron las paredes.
Pronto el domicilio comenzó a llenarse de amigos y la puerta se convirtió en un pequeño altar de velas, flores y cartas de los seguidores del escritor colombiano más mexicano.
Fue precisamente junto a esa puerta de madera cuando Gabo, como le decían cariñosamente, fue visto por última vez, sonriente como siempre, con su mirada inocente.
Elegante, trajeado, con su rosa amarilla en la solapa, aquel 6 de marzo de 2014 salió a saludar a los periodistas que se agolpaban en su casa, como cada año, para cantarle Las mañanitas por su cumpleaños.
Las rosas amarillas eran sus flores favoritas y miles de coronas y ramos oficiales, pero sobre todo populares, engalanaron el 21 de abril el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, adonde fueron llevadas sus cenizas.
Horas duró aquella recepción popular, en la que hubo música clásica y también ritmos de su querido vallenato, y miles de mariposas amarillas de papel, lanzadas dentro y fuera del Palacio, como homenaje a su obra cumbre, Cien años de soledad.
Esta obra fue la más vendida de 2014, según la Editorial Planeta. En total se vendió casi medio millón de libros del maestro del realismo mágico, cuya muerte no ha hecho sino revitalizar su obra.
Porque 'no hay mejor manera de recordarlo' que 'acercando al gran público su obra', dice María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, INBA, que ha organizado como homenaje varias lecturas colectivas de los libros del premio Nobel de Literatura.
El domingo se leerán fragmentos de varios libros en la explanada del Palacio de Bellas Artes, y el próximo día 26 dos actores leerán Crónica de una muerte anunciada, en el mismo lugar.
Y es que Gabo sigue vivo 'en su literatura, sus libros y su obra, con eso está con todos nosotros', comentó la directora del INBA, amiga personal del escritor colombiano.
Aunque pasaba temporadas en su Colombia natal, sobre todo en Cartagena de Indias, García Márquez convirtió en su hogar hace más de medio siglo a México, donde escribió Cien años de soledad. Por eso el país lo sentía suyo, como al más mexicano. Allí fueron sus exequias. Allí lo lloraron, lo recuerdan y lo quieren como igual ocurre en todos los rincones del territorio colombiano. Efe