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Dentro de los forasteros o extranjeros que llegan a Macondo y cambian la vida de la aldea, ocupan un importante lugar los gringos que montan las operaciones de la Compañía Bananera.

Y entre los norteamericanos está inicialmente Mister Herbert, quien, en casa de los Buendía, mientras almuerza, se da cuenta de las posibilidades alimenticias y económicas del banano. Después del descubrimiento de la fruta, se produce la instalación de la Compañía por cuenta de Mister Brown, con casas rodeadas de alambradas donde vivían los extranjeros, y trenes que atravesaban las plantaciones y recogían el banano para llevarlo al puerto.

Y por supuesto, llegan multitudes de jornaleros en busca de trabajo. Al final, por las difíciles condiciones laborales que vivían los trabajadores, estalla una huelga que es reprimida por la tropa en una espantosa matanza que, según versión de José Arcadio Segundo, deja más de 3.000 víctimas.

'Tratando de fugarse de la pesadilla, José Arcadio Segundo se arrastró de un vagón a otro, en la dirección en que avanzaba el tren, y en los relámpagos que estallaban por entre los listones de madera al pasar por los pueblos dormidos veía los muertos hombres, los muertos mujeres, los muertos niños, que iban a ser arrojados al mar como el banano de rechazo'.