Una María Varilla que eleva al aire su pollera, rodeada por seis músicos que interpretan instrumentos propios del porro, son los nuevos personajes que habitan desde el pasado 27 de noviembre en Montería (Córdoba), y que se ubican a orillas del río Sinú, en el centro de la ciudad.
La obra escultural en homenaje al porro, el símbolo más representativo de la cultura cordobesa, está comprendida por seis esculturas en bronce que retratan a intérpretes del género que –entre el sonido de instrumentos como el bombardino, el clarinete y el redoblante, entre otros– ‘tocan’ para que la mítica María Varilla (1883-1940) baile en medio de ellos.
Estas esculturas fueron realizadas por el artista barranquillero Roy Pérez, autor del ‘Monumento a la Cumbia’ (ubicado en Siete Bocas, en Barranquilla), y se sitúan en la gran Plaza Cultural de Montería –inaugurada en la misma fecha–, localizada sobre el parque lineal Ronda del Sinú, en la orilla oriental de la vertiente fluvial.
En la apertura de la gran plaza estuvieron presentes el Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, y algunos de los alcaldes del país.
Las figuras esbeltas son representadas desnudas y sin cabello, según el autor, para darle un carácter conceptual más moderno y viril.
Las esculturas. Los fosfenos o simbología indígena que hacen parte de los tejidos propios de Córdoba están plasmados en forma de tatuaje sobre los cuerpos de las esculturas. Los pedestales sobre los que se yerguen los cuerpos tienen forma de hélice, dinámica y armónica.
El escultor Roy Pérez describe al porro –en la placa de la escultura– como una 'manta musical, testigo cómplice y compañera de la historia. Piel cultural de mi pueblo'.
Cuando a Pérez le fue encargado este trabajo, que debía corresponder a una expresión cultural relevante para la ciudad, el artista, que tardó cerca de cinco meses en finalizar la obra, pensó 'inmediatamente' en el porro. 'El monteriano vive el porro los 365 días del año, como nosotros en Barranquilla vivimos el Carnaval y la cumbia', expresa Pérez.
Los cuerpos en bronce de los músicos lucen musculosos y desnudos. 'Quise hacerlos así porque yo utilizo la escultura para retratar lo más bello que hay en el mundo, y los seres humanos hombres y mujeres son muy bellos. Además, porque el costeño es espontáneo, y eso retrata la filosofía nuestra'.