Compartir:

Ángel Loochkartt vive porque pinta y, al mismo tiempo, pinta para vivir. A sus 84 años no ha soltado el pincel y trabaja en una serie en la que retrata las ramas de los árboles, inspirándose en ellas como arterias y tejidos capaces de formar otras figuras. Nunca ha visto la pintura como una obligación o un trabajo, sino que para él sigue siendo entretenida.

No hace bocetos antes de pintar sus cuadros, dice que la figura simplemente va apareciendo, aunque a su vez, cuenta que hay que ser precisos con la paleta de colores que se utiliza para cada obra. 'Cada temática tiene su paleta propia.

Con todos los colores no haces nada. Es como los instrumentos quirúrgicos, no puedes tomar el que no es para tratar un riñón o un hígado, tiene que ser preciso. Así es con los pinceles y el color y para crear la atmósfera, incluso', explica.

En su amplia creación pictórica se ha interesado sobretodo por tratar temas sociales y de sus costumbres que cuenta, son los que más le gustan.

Su arte será celebrado durante este mes en Barranquilla y los eventos comienzan hoy con la apertura de su exposición antológica en la Galería La Escuela de Bellas Artes y la develación de un mural de su autoría en la Universidad del Atlántico.

El nombre del mural es El pájaro madrugador y fue donado a la universidad por la familia González-Rubio Harrison y ya está instalado en el lobby del Centro de Convenciones del alma mater. Fue pintado por el artista cuando era decano de la Facultad de Bellas Artes en agradecimiento a Elberto González-Rubio, rector de la universidad en ese momento.

La agenda incluye otra serie de eventos en los que la invitación es a admirar la potente obra de Loochkartt.

Programación