Pere Rusiñol no quisiera ser tan pesimista, pero tiene a tantos jóvenes entusiastas al frente, que no duda en lanzar su cruel perspectiva sobre los medios de comunicación. Advierte que aunque se hable de 'crisis', 'la realidad es mucho peor'.
El periodista español, quien ha dejado atrás a diarios tradicionales para apostar por productos independientes, le habló sin rodeos a los cerca de 100 jóvenes que asistieron al conversatorio ‘Narrativas y emprendimiento digital en América Latina: periodismo digital y ubicuo’, celebrado en el marco de la Cátedra Europa de la Universidad del Norte.
'Estamos en un momento en el que el periodista no solo puede dedicarse a contar buenas historias, sino que ahora hay nuevas dificultades para hacerlo en los medios tradicionales, como consecuencia del hundimiento del modelo de negocio. Las empresas periodísticas han empeorado mucho las condiciones para trabajar y eso nos obliga a construir nuevos medios', consideró Rusiñol.
Esa idea explica porqué se describe como alguien que se divirtió en diarios como El País y en ‘Público’, pero —como él lo dice— 'los tiempos han cambiado tanto' que no los reconoce. Por eso ahora trabaja para la revista satírica ‘Mongolia’ y ‘Alternativas financieras’, dos medios nacidos en la segunda década del siglo XXI.
Nuevas narrativas
Daniel García, de la British Broadcasting Corporation, más conocida como la BBC, planteó a los asistentes la pregunta: '¿Cómo contar historias en medio de la crisis?'. El interrogante lo respondió a partir de su propia experiencia como corresponsal en Venezuela.
'En estos casos hay que tener mucha más precisión en medio de tanta polarización. No podría hacer un artículo en el que solo hable el Gobierno o solo la oposición', anotó el periodista español. Su consigna: 'explicar, explicar y contextualizar'.
Una crónica sobre cómo es la vida en Los Roques, el idílico oasis de Venezuela donde casi no existe la crisis, o un reportaje sobre cómo las remesas y su cambio en el mercado negro están ayudando a sobrevivir a muchas familias en el país vecino fueron algunos de sus ejemplos.
¿Cuál es la clave? Contar una buena historia y contarla bien. Así lo precisó la directora para Colombia y Ecuador de la AFP, Florence Panoussian, que destacó la calidad en la escritura como un punto diferencial al momento de presentar una historia.
'Hay muchos medios impresos que están dejando la noticia inmediata por notas más a fondo, de investigación, semblanza, que dan un poco más que la noticia rápida que todos quieren', expresó.
¿Pagar por contenido?
El contenido periodístico pago fue uno de los puntos álgidos del conversatorio. Para los conferencistas, sumar esfuerzos por crear unos lectores que entiendan y quieran pagar por el periodismo 'es vital' para la salud del oficio.
'Tenemos que afrontar la situación con un poco de dogmatismo y no pensar en que el mundo digital nos va a llevar por sí mismo. Más bien lo contrario, porque si centramos la dinámica en regalar contenido, entonces estamos restando esfuerzos en trabajos de gran valor por los que merece la pena pagar', defendió Rusiñol.
En eso también coincidió Camila Segura, editora del podcast español ‘Radio Ambulante’, que cuenta crónicas latinoamericanas en audio. La productora abogó por apremiar la rigurosidad, el fastcheking y las buenas historias.
'Hay que lanzarse a hacer más historias (...) más investigación, productos de buena calidad', aconsejó Segura, quien motivó a los jóvenes a 'pedalear y pedalear' por un periodismo independiente.