Compartir:

Barranquilla sabe de una cabellera alborotada que con apenas 15 años consiguió poner a sonar lo que hace cuatro décadas era una 'verdadera idea revolucionaria'. Una que mezclara sonidos de forma impensada hasta ese momento y que se estrenara en un escenario, diseñado para zarzuelas, aún en obra negra. El rock, el Caribe y el jazz, juntos en la arquitectura clásica. Las antiguas clases altas revueltas con los estratos bajos. Conservadores y liberales. Una mujer con el torso desnudo en medio de la presentación de una Orquesta Sinfónica, la primera en presentarse en el gran Teatro Municipal, hoy Amira de la Rosa.

La ciudad en los inicios de los setenta estaba marcada por una amplia brecha social, recuerda el reconocido pianista barranquillero, director y compositor Roberto McCausland. 

Sigue manteniendo sus gafas redondas y ese pelo ondulado y rebelde, pero ahora lo asienta con un sombrero de estilo cubano. Ha venido expresamente a Barranquilla, desde Estados Unidos, para desempolvar la Sinfonía Latina (1975-1976) que despertó al Amira.

'Fue un escándalo. Un espectáculo ingenioso fuera de lo normal', dice el sinestésico, mientras juega con su bastón y su sombrero. Lo acompaña un viejo amigo, Mauricio Zapata, quien fue el productor ejecutivo de lo que él mismo describe como 'sancocho trifásico'.

'Teníamos las tres carnes, los tres estratos y los tres colores. Estábamos en los tiempos en donde te prohibían andar con alguien si no pertenecía a tu misma clase social, donde los ricos escuchaban música clásica y de la calle 72 para abajo música popular, entonces llegó este pelado de 15 años y formó una orquesta de 35 músicos con los niños ‘pupys’ del norte y los de Barrio Abajo', narra Zapata.

Esa exclusión musical de la época fue, según coinciden ambos, una de las razones por las que esta pieza musical, única en su propio género, escandalizó a una Barranquilla convencida de que mezclar una sinfonía con rock, el hijo rebelde de la música, no era, en lo absoluto, una 'buena idea'.

¿Qué de singular tenía Sinfonía Latina? La obra fue inspirada en los idiomas musicales mediterráneos españoles–afrocaribes, así como en poesía sobre el filósofo griego Tales de Mileto. Se trataba, entonces, de un encuentro entre grupos de percusión que crearon una contraparte responsorial contra los otros grupos de instrumentos, incluyendo partes vocales, creando juntos la sensación pseudo-africana de la danza de la calle.