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Cuando El Sindicato, un colectivo de artistas de la Barranquilla de los años 70, decidió crear su única obra capaz de escapar de lo efímero, tomó la alacena hecha con tablas de madera que tenían en un viejo patio del Barrio Abajo y la cubrieron de zapatos malolientes y viejos. Un sencillo y a la vez complejo acto creativo.

Por lo general, las obras de este grupo, de corte ideológico social, eran destruidas tiempo después de su construcción. Reunían un montón de elementos como ladrillos, aluminio, vidrio y llantas como nuevas formas de arte y, más tarde, los dispersaban. Así habían sido pensadas, para desafiar los preceptos de la modernidad y luego desaparecer. Excepto Alacena con zapatos, que aunque es una copia de la versión original, se mantiene de pie después de 40 años.

Esos tres peldaños atiborrados de zapatos, que regresarán a exponerse a partir de mañana en el Museo de Arte Moderno de Barranquilla, se hicieron merecedores del XXVII Salón Nacional de Artistas en 1978, un premio que los ratificó en su condición de pioneros en la producción de vanguardia de corte conceptual en el Caribe colombiano.

La obra, pese a haber sido tildada de burla y 'parodia punk', representa una agresiva propuesta de aquella época para ir en contra del sistema. Habla, entre otras cosas, del estado de las cosas, del hambre y del poder de la ausencia.

'Queríamos hacer arte con materiales nobles y no atractivos. Nuestra ideología era anárquica en cuanto al arte decorativo y por eso nunca caímos en esas garras', recuerda Ramiro Gómez, uno de los integrantes de El Sindicato.

El colectivo estaba conformado por Efraín Arrieta, Alberto del Castillo, Aníbal Tobón, Ramiro Gómez y Carlos Restrepo, quienes también tenían a artistas invitados para sus obras. En Alacena con zapatos participó Guillermo Salcedo.

Todos, recuerda, defendían la misma idea: una obra 'antimuseo, anticomercial, antiarte'. 'Éramos unos rebeldes en contra de lo establecido. Por eso íbamos en un jeep buscando y pagando a los recicladores para reclutar los zapatos más feos y olorosos de la ciudad', cuenta Carlos Restrepo, de 68 años.

Justo por eso, explica, la obra original no existe. 'Honestamente era muy fea, olía a mucha pecueca y no la querían mantener, así que después de varios años decidimos hacer dos copias', explica Restrepo, quien no olvida el color de los comentarios y efectos de Alacena con zapatos en aquella época. 'La gente decía que había ganado la pecueca'.

Mientras eso ocurría –y continúa ocurriendo– la obra de El Sindicato se hace acreedora de un merecido espacio en la historia del arte en Colombia al democratizar la producción artística, irrumpir lo convencional, explorar lo experimental y defender lo antisistema.

En el Mamb

Mientras el primer piso del Mamb expone ‘Alacena con zapatos’, el segundo piso recibirá la exposición ‘Abstraccionismo latinoamericano (1950 – 1969)’, que contará con obras de los artistas Edgar Negret (Col), Feliz Bursztyn (Col), Alejandro Obregón (Col), Manuel Felguerez (Méx), Marcelo Bonevardi (Arg), María Luisa Pacheco (Bolivia), Ida Kohlmeyer (USA), Alfredo Da Silva (Bolivia) y Mario Pucciarelli (Arg), entre otros.