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Con mochila cruzada, libros en una mesa central y el auditorio expectante, Santiago Mutis dialogó en La Cueva con Julio Olaciregui sobre la obra de Álvaro Mutis en el conversatorio ‘Mutis para Mutis’ del Carnaval Internacional de las Artes.

Del novelista y poeta colombiano, Santiago Mutis Durán no se refería como su padre, era más bien alguien a quien estudió y analizó en profundidad su obra. Un cambio considerado 'normal y humano entre padres e hijos'.

'Cuando ya no necesitas padre, tienes un escritor del cual hay un tema nuevo que hablar, de una persona que ha recorrido y tiene una experiencia tremenda, pero que sus respuestas están en el libro. Cuando él muere todo se funde: intimidad, mundo afectivo, cuáles son las luces especiales con las que esa persona se abrió camino. Hay entonces una disposición a comprender y eso es bello', afirmó.

Lo explora más allá del vínculo sanguíneo, lo hace porque es un escritor colombiano que ha vivido la geografía, una época inmediatamente anterior de la que hay que saber.

Ese poeta fue el que regresó a ‘tierra caliente’ en Colombia después de vivir en Bélgica por muchos años con un solo fin: encontrarse con su adolescencia. 'No he tenido que hacer nada especial distinto a acostarme, levantarme y leyendo esa humanidad que camina por el sueño de uno. Oír lo que pasa en el corazón de uno', fue su explicación. Una representación en el descubrimiento de la mujer, el río, y quizá también 'el primer anuncio de la muerte'.

Su mejor definición de poesía se resume en 'amor por el lenguaje, responsabilidad por la palabra, por intentar encender una llamita de las cosas que deben durar'.

Casi que por experiencia propia dijo que Álvaro Mutis 'no es un autor para jóvenes, es para viejos, y se necesita tener ciertas lastimaduras para eso. Pero la gente que está en la literatura ahora tiene que hacerlo después, porque lo que uno hace realmente valioso es releer'.