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Alberto Abello Vives era un pensador del Caribe y para el Caribe. Su ideario marcado por sagaces reflexiones en torno a la cultura, la economía y las sociedades le dieron un espacio indispensable en los ecosistemas académicos de la región.  

Para él, el Caribe era una 'isla encallada' como lo ratificó en el libro de su autoría que lleva por nombre La isla encallada.  

En una entrevista realizada al escritor en la revista Latitud de EL HERALDO, por el periodista David Lara Ramos, este cronista describió el libro como 'una aguda reflexión sobre ese inmenso espacio que conocemos como Caribe, y cuyo origen está en los recuerdos de su infancia y en sus aventuras adolescentes'.

En la mencionada entrevista dijo además que 'en cada página (del libro)se va rompiendo de manera académica la idea de un Caribe antillano y nos acerca a un litoral extenso que busca juntarse con esas otras islas. Esa es la metáfora que da título al libro. Más allá de la geografía, o el territorio, está la fuerza de una cultura interconectada, que para Abello es el elemento que logrará desencallar la isla'.

El economista y escritor de origen samario, autor de numerosos estudios relacionados con esta región colombiana, falleció el pasado domingo a sus 61 años de edad. Según informaron fuentes cercanas, Abello sintió algunas molestias de salud tras almorzar con amigos y allegados en su casa. Por este motivo fue trasladado a la Clínica Marly, en el sector de Chapinero en Bogotá, donde murió horas más tarde a causa de un infarto. 

Investigación. Alberto Abello Vives fue un economista y magíster en Estudios del Caribe. Vivió en Bogotá desde los siete años, dejando atrás su natal Santa Marta. 

El Caribe era, según sus conocidos, el lugar de sus añoranzas, al que solo volvía durante sus vacaciones, pero que se quedaba instalado en su mente. Sus características de paraíso terrenal lo mantenían anhelante hasta el próximo encuentro, donde repetía esos paseos familiares a la Sierra Nevada y el Parque Tayrona, como lo manifestó en la entrevista.

No obstante, a los 24 años decidió volver persiguiendo una oferta laboral como docente de Economía de la Universidad Tecnológica de Bolívar. En ese tiempo pudo comprender otros aspectos de ese Caribe. 

En la entrevista realizada con ocasión del lanzamiento de su libro, en 2015, el autor describió que para Abello 'en aquella Biografía del Caribe, escrita por Arciniegas (Germán), solo se narraba el Caribe insular, así comenzó a argumentar sobre las razones para incluir al litoral'.

Abello fue creador de la maestría en Desarrollo y Cultura de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Fue, además, uno de los fundadores del Observatorio del Caribe Colombiano, donde ejerció desde 1998 hasta el 2004 como director. Allí comandó también la revista Aguaita sobre estudios de cultura y desarrollo del Caribe colombiano, fue coordinador del Consejo Regional de Planificación Económica y Social, Corpes, hasta 1989 y miembro de la FNPI, Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.

Para Jaime Abello Banfi, director de la FNPI y primo segundo de Alberto, él era un 'gran intelectual y gran investigador' que 'tenía alto sentido ético, siempre comprometido con la región'. 

'Él fue una persona con la que tuve mucha cercanía porque fue fundador de la FNPI en el año 94 cuando yo era gerente de Telecaribe. Gabo me pidió que le ayudara a armar la Fundación y a mí se me ocurrió invitar a Alberto para que me ayudara. A partir de ahí fue miembro y siempre estuvo ligado a nosotros', expresó. 

Fernán Acosta Valdelamar, director ejecutivo del Observatorio del Caribe Colombiano, opina que los aportes de Abello llegaron en una época en la que la información sobre el desarrollo en el Caribe era muy dispersa. 

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'Sentó unas bases, un referente sobre la investigación en el Caribe, no solo para los investigadores sino también para los jóvenes que se estaban formando. Él pensaba que el conocimiento podía ayudar a generar discusiones, indistintamente de las posiciones, su deber era generar conocimiento para así suscitar el debate. Muchos de sus aportes son lo que desde el Observatorio queremos seguir fomentando', manifestó. 

Por su parte, el antropólogo wayuu Weildler Guerra expresó que su partida es una pérdida inmensa para la Región. 

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'Era un hombre que combinaba dos cosas: la calidad académica con una exquisitez estética. Fue un economista con una visión integral de las ciencias sociales, de manera que sus trabajos dialogaban con la cultura perfectamente. El papel que jugó en la arquitectura institucional y en la cultura en la región fue maravilloso. Fue un pensador dedicado al Caribe, no solo en Colombia sino como la macrorregión. Ahí está en su nombre La Isla Encallada. Su último libro del Carnaval está inédito, fue un indagador de la fiesta pero en su sentido amplio, desde Trinidad hasta Nueva Orleans', apuntó.

El investigador será cremado y su familia aún está en proceso de definir si sus restos serán trasladados a Cartagena o a alguna otra ciudad del Caribe.