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Alba Pérez del Río se cansó de ser un agente pasivo que veía cómo esa 'carcoma' que es la corrupción terminaba por roer hasta el interior de los individuos. Ese retrato del ser corrupto es lo que siembra la periodista y escritora barranquillera en su novela Jardín de moras (Collage Editores), que se presentó ayer en la XXXII Feria Internacional del Libro de Bogotá.

La autora conversó y reflexionó sobre la decadencia de la sociedad, así como el proceso creativo de su obra, en una charla con el escritor y periodista Thierry Ways y el director de El Heraldo, Marco Schwartz. 

'La corrupción nace con la sociedad, con el occidente, con la modernidad y nace desde mucho más atrás de lo que cuentan los textos antiguos. Es un tema que sigue perniciosamente vivo en el mundo', introdujo Ways al inicio del conversatorio.

'¿Qué es la corrupción?', preguntó luego Schwartz, a lo que Pérez respondió, sin ánimo de hacer de diccionario, que es 'una carcoma que destruye todo el entramado social y tiene algo peor y es que logra permear la conducta del individuo social'.

'Eso es en lo que más ahonda el libro. Siempre hablamos como si la corrupción estuviese fuera de nosotros y que es algo que está solo en los políticos. No pensamos en qué grado somos partícipes, pero llegas a un lugar y sabes que debes dar la coima por esto y aquello', expresó del Río. 

Para Schwartz, 'se trata de una de las grandes novelas de la corrupción, pero tratada desde un punto de vista novedoso y muy personal, casi que de trama sicológica'.

En Jardín de moras, Pérez del Río narra la historia de Roberto Colavini, un joven idealista que por las presiones del entorno termina enredado en una trama que no hubiese escogido para él, una obra que carga con una poderosa diatriba contra la clase política colombiana y lo que sucede en el mundo. 

Asimismo, la escritora calificó al protagonista de su obra como un personaje atormentado, como lo son los del escritor ruso Fiódor Dostoyevski.

La novela fue escrita hace 17 años y ahora revisada y republicada por Collage Editores.

'Hoy en día la corrupción sigue igual', señaló la escritora y agregó que 'este no fue un libro planeado, tampoco es un libro de tesis, fue un libro que fue fluyendo solo, las confrontaciones fueron dándose solas y al principio no tenía claro que yo fuese a hablar de la corrupción'.

*Con información de Efe