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A Nithto Cecilio lo reconocen como un pintor del Carnaval. Uno que sabe danzar y satelizar con su danza– que no es otra cosa que su pintura– alrededor del único satélite natural de la tierra: La Luna. Por eso sus acuarelas comienzan con un destello de luz rodeado de estrellas y, al rededor de ellas, una muestra de multiculturalidad y plurietnia.

En La raza danza bajo la luna de Esthercita, Nithto le da ‘vida eterna’ a ese contoneo de caderas, al golpe de la tambora y al dulce soplo del millo con 13 acuarelas de mediano formato y otra de diez metros de largo representando las 13 danzas tradicionales del Carnaval de Barranquilla.

Aquí, el Congo, el Paloteo, los Coyongos, Los Micos y Micas, el Garabato, el Son de Negros, los Gallinazos, la Cumbia, los Indios, el Caimán, los Diablos Arlequines, las Farotas y el Mapalé, desfilan hacia el rostro de la cantante y compositora Esther Forero en un homenaje por sus cien años de natalicio.

La muestra, que se encuentra abierta al público en el lobby del edificio de posgrados de la Universidad del Norte, es también un tributo a Nito Montaño, el miembro fundador del Cipote Garabato que falleció este año durante la izada de bandera de la danza.

'Esta acuarela es un sueño en conjunto con Nito, pero lastimosamente a él se le dio por morirse', cuenta Nithto mientras retoca con un fino pincel el color blanco del movimiento de los danzantes, detalles que el artista perfecciona usando una lupa.

Por eso Nithto cree que esta obra se trata de una 'acuarela sin fin'. No solo porque da la sensación de que la danza nunca para, sino porque él mismo no deja de agregar movimientos, incluir personas y alegrar la noche.

'Fueron tres meses escribiendo esta historia con pintura y cada vez que puedo vengo a la universidad para seguir pintando y todavía no le veo un final', asegura Nithto.

Su obra es, además, una denuncia que no se queda en la belleza propia del Carnaval. Al pie de cada una de sus acuarelas, Nithto describe cada una de las danzas que bailan sobre el aire del Barrio Abajo.

De los Micos y Micas dice, por ejemplo: 'Micos y Micas de la zona de acá. Y bien remotos a los otros micos del honorable congreso. Y más lejanos aún de la excluyente y mezquina mermelada'. A los Congos les escribe estas palabras: 'Paisaje con figura de vaca generosa sin cola, con guerreros festejando la vida, nostálgicos de una África cada vez menos poblada de su legendaria fauna'.

Así nos lleva Nithto, con sus pensamientos y sus acuarelas– que son lo mismo que su danza– a bailar bajo una luna llena.