Johanna Barraza Tafur encontraba en los libros un escape a la violencia que se vivía en Los Laureles, el barrio donde creció y que está ubicado en el sur de Barranquilla. A las malas aprendió la diferencia entre el sonido de los fuegos artificiales y los disparos. Era común enterarse que alguien había muerto. Sobre todo, en su familia, a quienes la parca, vestida a veces de guerrillera y otras de paramilitar, se llevó a varios de sus tíos. La última vez que volvió con fuerzas fue en 2016. Ese año se llevó al padre de Johanna, asesinado bajó un árbol de nísperos mientras jugaba dominó en el barrio.
El asesinato de su padre la motivó a escribir. Quería transformar sus sentimientos en palabras. De esas ganas por contar su historia surgió su poemario: Sembré nísperos en la tumba de mi padre. Ganó el Portafolio de Estímulos 'Germán Vargas Cantillo' en Barranquilla y fue publicado en 2019.
En cincuenta páginas cuenta la vida y muerte de su padre, sus costumbres propias de la región Caribe y su entorno familiar. 'Este libro termina retratando a una colectividad que lucha día a día contra la desigualdad, la guerrilla y el narcotráfico', escribió Frank Báez, poeta dominicano, en la contraportada del poemario.
Johanna estudia Edición Editorial en la Universidad de Buenos Aires. Su plan inicial era la Filosofía en la Universidad del Norte. Un intercambio fue suficiente para cuestionar lo que realmente quería. Puso todo en una balanza, radicarse en el extranjero significaba empezar de cero, sobre todo, en el ámbito académico. Pero cerró los ojos y se quedó. Al final, como ella dice, 'era más lo que ganaba que lo que perdía'. En Argentina se enamoró del mundo cultural. Desde entonces, dedicó gran parte de su tiempo a escribir. Su fuerte es la poesía, pero dice que no le teme a desenvolverse en otros campos narrativos.
De su vida en Barranquilla extraña bañarse en la lluvia, los jugos naturales, comer mote de queso en el almuerzo, los pasteles hechos por su abuela cada domingo y bailar salsa en La Troja. La joven, de 25 años, también es fotógrafa y, en otra vida, desearía ser bailarina profesional, sino es que ya lo fue. Johanna escribe sobre el Caribe como si aún viviera en él. Lo reconoce de memoria y admite que la mayoría de lo que ha escrito, hasta ahora, se basa en su infancia, en ese barrio popular, el ambiente familiar de los paseos de olla y las costumbres típicas de la costa norte colombiana.