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Drogadicción, embarazos a temprana edad, pandillas, pobreza, violencia intrafamiliar y microtráfico son algunas de las problemáticas sociales con las que Nair Núñez, líder de la Fundación Cultural Afrocolombiana Fuerza Negra, combate a través de la danza.

De esta manera, rescata a niños y jóvenes para formarlos como agentes de cambio.

En las calles del barrio Mequejo, un olor a cocada y alegría se respira a través del tapabocas, mientras de fondo suena una champeta y los niños que juegan en la calle se animan a bailar. Las mujeres, sentadas en la terraza, comparten con vecinas y tienen su tertulia vespertina; en esas, aparece Nair Núñez a nuestro encuentro.

Es en esta misma casa donde nació la agrupación artística de la que hoy hacen parte más de 120 jóvenes y que inició con 10 niñas residentes de barrios aledaños como La Manga y Nueva Colombia.

Al cabo de un tiempo, fueron llegando más y más jóvenes a sumarse a este proyecto cultural del Bajo Valle y Por Fin, como un escape a lo que vivían en sus casas. Bailar se convirtió para ellos en un modo de neutralizar las situaciones complejas de su entorno. Muchos de ellos pertenecían a diferentes bandos divididos por una línea invisible que logró cruzarse a través de la danza.

'En la mayoría de barrios del Suroccidente de Barranquilla hay distintas problemáticas como el microtráfico, violencia y embarazos a temprana edad. Muchos de los que hacen parte de Fuerza Negra anteriormente no se hablaban porque pertenecían a distintos bandos y esa fue una de las cosas que me motivó a crear el grupo, porque veía que se estaba perdiendo la juventud', expresó el director de esta fundación a EL HERALDO.

El 'barranquillero, pero palenquero de corazón' siempre tuvo claro que la esencia e identidad de su agrupación sería la Fuerza Negra, una expresión que lanzó de manera espontánea y con emoción a una compañera de baile que tuvo años atrás.

'Un día, en un ensayo, cuando ya no teníamos más energía para bailar y mi compañera ya estaba cansada, me nació gritarle: ‘¡Vamos, fuerza negra!’, como una voz de aliento. Lo grité tan fuerte que me denominaron Fuerza Negra y dije que el día que tuviera un grupo lo llamaría así'.