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Con una piedra china empuñada en la mano derecha, tres muñecas viejas que le cuelgan de los brazos, varios collares improvisados y sus característicos dientes negros, Emiliana Judith Villar Palacio, mejor conocida como ‘La Sollá’, le metía miedo con su disfraz a muchos de los asistentes a los desfiles del Carnaval.

Muchos se escondían tras su paso, le sacaban el cuerpo, pero ella siempre se las ingeniaba para lograr su objetivo.

Este 2021 la covid-19 le arrebató las ganas de seguir intimidando y al mismo tiempo divirtiendo.

Su viacrucis suele comenzar el sábado con la Batalla de Flores del Recuerdo ‘Sonia Osorio’ en la carrera 44, el Domingo de Carnaval la cita era en la Gran Parada de Tradición ‘Carlos Franco’, el lunes se quedaba en casa 'haciendo comida pa’ los pelaos y descansado porque los locos también lo hacen'. Su 'vacile' termina el martes en la carrera 8, donde recorre ‘La Conquista del Carnaval’, desfile que culmina en el barrio Simón Bolívar.

De sus 67 años, Emiliana lleva los últimos 37 luciendo su disfraz. Ahora le da vida a su personaje con el cabello desordenado, bastante maquillaje mineral, tres bolsos, un palo, cuatro medias, tres muñecas colgantes, un ‘peñón’, pulsos en las dos manos, algunos guindarejos y sobre todo actitud, personalidad. Sin duda, ella es uno de los referentes más auténticos de nuestra fiesta.

Quince premios Joselito Carnaval (Carnaval de la 44), un Torito de Oro del Carnaval del Suroccidente y un Congo de Oro, entre otras exaltaciones, justificaron su derecho a volverse loca.