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Cuando fallece una persona nativa de San Basilio de Palenque, Bolívar, es despedido con el lumbalú, un ritual funerario en el que las danzas, los cantos y la música son protagonistas. Esta es una herencia africana, que llegó hasta este territorio por los esclavos. Este domingo el ritual tomó un tinte mucho más especial para despedir a la voz líder del Sexteto Tabalá, el maestro Rafael Cassiani, quien este sábado murió a los 88 años por causas naturales.

La música no dejó de sonar a lo largo de este domingo en su residencia donde fueron ubicados dos parlantes desde los que sonaban a todo volumen las canciones que popularizó con el Sexteto Tabalá, entre estas: ‘Reina de los Jardines’, ‘La vida es muy bonita’, ‘Clavo y Martillo’, ‘Salomé’, ‘El Palomo’, entre otras, que empezaron a ser conocidas mundialmente en 1996, cuando el productor Lucas Silva luego de verlos en el documental ‘Yurupary’ de Gloria Triana decide hacerles justicia y producirlos con su sello Palenque Records.

El féretro inicialmente estuvo en la sala y luego realizaron el lumbalú, rito que llevó a sus familiares, amigos y vecinos a danzar y derramar varias lágrimas alrededor del cajón que tenía en la parte superior una camiseta de su amado Junior de Barranquilla.

Posteriormente el cuerpo fue puesto al frente de su residencia en una carpa de color verde donde los miembros del Sexteto Tabalá cantaron en vivo lo mejor de su repertorio cargado de folclor puro. Hacia la una de la tarde los restos de Cassiani fueron llevados hasta la plaza municipal donde todo el pueblo se congregó para agradecerle y también decirle adiós. En ese punto se sumó otra icónica agrupación: Las alegres Ambulancias. Tres horas más tarde fue sepultado.