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Las leves montañas en las que reposan los sueños e identidad de los usiacureños, fueron testigos hace más de ocho décadas del nacimiento de Tomás Urueta De la hoz, quien con sus manos mágicas, creatividad y vocación de servicio, se convirtió en referente para sus coterráneos y foráneos, que veían en él, un maestro del arte y la cultura atlanticense.

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Fue el séptimo hijo de una familia numerosa. A temprana edad vio los talentos artesanales de su madre y se interesó por aprender a tejer en palma de iraca, una manifestación cultural de su tierra con la que despertó su talento.

Estudió su primaria y secundaria en tres comunidades religiosas católicas de Barranquilla, siendo la última la Comunidad de los Hermanos Cristianos, actualmente conocida Escuela Normal Superior La Hacienda, en la que aprendió su formación de pedagogo.