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La transformación de las miradas fue instantánea. Sentados en las butacas del Teatro Adolfo Mejía, ubicado en el interior de la ciudad amurallada de Cartagena, los asistentes pasaron de ser concentración a asombro cuando en la proyección de las pantallas apareció la imagen de un Joaquín Sabina inesperado, en medio del documental sintiéndolo mucho, siendo este el primer gran momento del Hay Festival de Cartagena, que levanta el telón en su edición 18.

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Sabina ingresó al teatro en forma de espectro, proyectado en la pantalla y conectado desde una videollamada que irrumpió en medio de la charla con la que Fernando León de Aranoa, director del documental, comentaba los pormenores de la obra seleccionada para levantar el telón de la fiesta de la cultura en La Heroica. '¡Qué envidia veros ahí en Cartagena de Indias y yo aquí en un cuchitril encerrado con mis músicos!', saludó Sabina una vez conectado.

Satisfecho por la buena acogida de la sorpresa preparada para los asistentes, León de Aranoa explicó que producir el documental 'fue un privilegio'.

'Este documental empecé a hacerlo cuando no lo sabía, hace 30 o 40 años cuando compré el primer disco de Sabina', mencionó el cineasta, quien también presentó su documental en el Festival de Cine de San Sebastián, recibiendo críticas positivas por parte de los grandes conocedores del Séptimo Arte.

Su obra fue un proceso de más de 13 años de seguimiento a la obra de Joaquín. De cerca, minucioso, como el detective que va tras las huellas de la sospecha, León de Aranoa captó momentos definitivos en la carrera del cantante de inolvidables melodías como ‘y nos dieron las 10’ o ‘19 días y 500 noches’.

Por ejemplo, la caída que sufrió Sabina en pleno concierto con Joan Manuel Serrat en el WiZink Center de Madrid es uno de los muchos momentos evidenciados en la pieza, que se extiende por poco más de 2 horas.

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