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Con la captura de Bárbara Gaos inicia y finaliza ‘La Rectora’, un filme que si bien -según dicen sus productores- no está basado en la historia de Silvia Gette -la detenida exrectora de la Autónoma del Caribe, quien pretende que la justicia prohíba la proyección de la cinta-, coincide en más de una escena, por no decir que en casi todas, con ese polémico caso de la vida real.

Una bailarina cínica y erótica, esa es Bárbara Gaos. Pero más que eso, es una mujer que se muestra dispuesta a todo con tal de conseguir los ideales que son producto de su ambición.

Su vida da un giro dramático cuando conoce a Francisco Charry, el rector y dueño de una prestigiosa institución educativa, la ‘Universidad Superior Autónoma’.

Al igual que Silvia Gette, Bárbara Gaos obtiene el título de abogada -luego de casarse con Charry (quien pareciera ser Mario Ceballos)- y escala de forma estratégica hasta llegar a ocupar la rectoría de la universidad, tras la muerte -por envenenamiento- de su esposo.

A pesar de las evidentes y múltiples semejanzas, Mateo Stivelberg, director de la cinta, asegura que 'desde que me involucré en el proyecto, en ningún momento se planteó que el argumento de la película tenía que ver con esa historia (la de Gette)'.

La cinta muestra cada uno de los pasos que su protagonista da, al mejor estilo de una femme fatale, para lograr el poder en todas sus dimensiones, tal como lo habría hecho Gette antes de su detención.

Según Stivelberg, 'puede haber como un montón de semejanzas, pero al mismo tiempo creo que el cine se alimenta de varias historias'.

Este largometraje de ‘tinte’ comercial producido por Dynamo -con el apoyo de Caracol Televisión-, más que elementos como intriga, pasión y dolor, tiene -aunque sus productores atinan a negarlo- uno que siempre ha seducido a la audiencia: realidad.

Cuando el filme termina aparece un mensaje que recuerda una vez más cuán parecida es la historia de Bárbara Gaos a la de Silvia Gette. 'La anterior es una obra de ficción. Todos los personajes que aparecen en esta obra son ficticios. Cualquier parecido con la realidad, o con personas reales, vivas o muertas, es únicamente por coincidencia. CRO