Compartir:

El cineasta barcelonés Jordi Grau falleció este miércoles en Madrid a los 88 años de edad, según información confirmada por los familiares a distintos medios de su país.

Grau, considerado uno de los realizadores más versátiles y arriesgados del cine español durante la década del sesenta y setenta, ha sido el cerebro detrás de películas como La trastienda (1975), que se atrevió a destapar el primer desnudo integral femenino en España, protagonizado por la actriz y vedette María José Cantudo, un auténtico escándalo en aquel entonces.

Pero esto no es lo único por lo que se recuerda a Grau. Este español, gran amigo de Federico Fellini, dio lecciones de cómo atravesar por el género que más se le antojara durante su carrera cinematográfica: experimentó con el cine documental, cine de autor y de terror.

Por este último se abrió paso al mundo. Grau es autor de Ceremonia sangrienta (1972) y No profanar el sueño de los muertos (1974), una de sus más aclamadas incursiones en el fantaterror, cuyo reconocimiento tuvo más impacto a nivel internacional que en su propio país.

El filme, que es una pieza de culto de zombies, le valió la medalla al mejor director del Círculo de Escritores Cinematográficos en 1975, así como los elogios del director de cine inglés Edgar Wright, que se declaró admirador de este largometraje.

'Es curioso que siendo un director de cine de autor, a mi padre se le vaya a conocer internacionalmente por el cine de terror', dijo su hijo Carlos Grau, en declaraciones a la prensa española.

Grau, que comenzó a adentrarse en el mundo cinematográfico en 1949, al trabajar como extra en una película, tiene también entre sus películas dirigidas El espontáneo (1963), La cena (1968); Historia de una chica sola (1969), Chicas de club/Cántico (1970) y Pena de muerte (1973).

Su último filme, Tiempos mejores (1994) es un tributo a Barcelona, ambientado, entre toros y toreros, en el viejo El Molino. Dejó además sus confesiones y vicisitudes en el cine en Confidencias de un director de cine descatalogado.