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Han sido más de ocho meses de cierre que han afectado de diversas maneras la producción y creación audiovisual en el mundo. Por eso el 24° Salón Internacional del Autor Audiovisual, evento académico de la Cinemateca del Caribe que empezó ayer e irá hasta el 28 de noviembre, propone hacer un diagnóstico nacional y mundial del sector a raíz de la pandemia, consciente de que sus salas estarán cerradas y enfocados en congregar a un público virtual a través de las redes sociales de la Cinemateca.

El cartel de este año trae tres películas estrenadas en medio de la pandemia: Jinetes del paraíso, de Talía Osorio, Lázaro, de José Alejandro González y Sumercé, de Victoria Solano. Los invitados son los mismos directores además de productores audiovisuales, directores de festivales de cine en Colombia y del mundo y otras voces especialistas del sector cinematográfico.

Julio Lara Bejarano, docente, formador de público y jefe de prensa del Salón, dijo que 'lo que ha pasado con la Covid-19 ha tocado el mundo audiovisual de forma imprevista'. 'Vimos que el arte del espectáculo de masas por excelencia no podía tener un escenario cuando las masas son precisamente el foco de diseminación de la enfermedad'.

El lema del evento en su edición virtual es ‘Cuando el mundo audiovisual se detuvo’. Edilberto Porras Sierra, diseñador artístico del Salón, explicó que 'el título de esta versión recuerda al clásico de ciencia ficción El día en que la tierra se detuvo (1951), cuyo juego de palabras permite arropar el contenido y se integra simbólicamente a la intención reflexiva a desarrollar en esta radiografía de la pandemia en lo fílmico'.

Lara Bejarano evalúa que desde el punto de vista de la exhibición supone un 'prejuicio' llenar las salas. Pero también del rodaje: tan sólo los créditos de las películas, que 'muy pocas personas toleran ver antes de que culminen, te dan cuenta de la cantidad de personal que está en pleno rodaje y que de paso se ve afectada por la situación'.

El docente y crítico de cine añadió que la pausa por la pandemia 'implica el detrimento absoluto de un sector', a menos que se tomen decisiones en las que la adaptación marque la continuidad. 'En esto el Salón pone el ojo: cómo todo el cine, ya con casos reales en Colombia y Latinoamérica, ha decidido continuar a pesar de todo, mostrando su capacidad de adaptación. Habrá estudios de casos en los que la creatividad frente a la pandemia marca la diferencia para que el sector audiovisual continúe en la medida de lo posible, con paso seguro, hasta que se retomen las actividades anteriores a la pandemia'.

Por su parte, la directora ejecutiva de la Cinemateca, María Fernanda Morales, dijo que con la pandemia debieron 'revaluar' los contenidos y volcarlos a lo virtual. 'Viramos hacia el cine en tiempo de crisis porque no sólo se detuvo el cine sino también la industria audiovisual, hablando de ella como una cadena que incluye la producción, la distribución y demás'.

Para acceder a las cintas exhibidas es necesario llenar un formulario de inscripción (disponible en el Instagram @cinematecadelcaribe), luego el usuario recibe un correo de vuelta con el enlace para ver las películas en una plataforma con cupos limitados. Jinetes del paraíso cuenta con 30, y las otras dos con 70 cada una. Las charlas virtuales están abiertas para todo público.

Consultada sobre una futura reapertura de la Cinemateca, Morales dijo que 'aunque mañana [hoy] abren algunas salas comerciales, y las alternas tienen iguales requisitos en cuanto a protocolos de bioseguridad, las condiciones' en que operan no son iguales e implica que se mire con lupa cómo harán para volver. 'No lo descartamos, pero no será ahora'.

Estrenar en pandemia

Una de las invitadas al evento es la directora y productora Talía Osorio, que presentará la cinta Jinetes del paraíso, estrenada virtualmente y mundialmente el 19 de junio de 2020. Se trata de un documental musical sobre los llanos orientales, vistos desde su paisaje y cultura, con la narración del cantautor Orlando Cholo Valderrama.

El estreno en Mowies.com, cuenta la directora, fue un 'riesgo entre una serie de riesgos' que tomaron cuando ya iban a salir a las salas y llegó la pandemia. Durante 10 años estuvieron filmándola en distintas etapas, de 2013 a 2018. Para su financiación la productora Hay-Doc, de la que Osorio es gerente, vendió videoclips, series y cortos. Finalmente la estrenaron con una boleta de $15.000 pesos y la disponibilidad de verla en 48 horas.

'Lo que logramos en redes, económicamente no lo habríamos logrado en salas de cine tan fácilmente, y menos con la pandemia', dice la directora. Durante tres semanas vendieron más de '3.500 boletas'. Resulta difícil dar un número de cuántos espectadores la vieron porque 'existe la posibilidad de repetir la película, compartirla, y no se sabe cuánta gente se sienta a verla en una casa'.

La directora cree que el que fuera un documental musical aumentó la posibilidad de congregar más público, pues atrajo 'a gente que le gusta la música colombiana, que quiere sus raíces y ver lugares' que muchos han olvidado como el llano.

'Muchas veces se dice que al cine colombiano hay que hacerle el favor, ‘haga el favor de verlo, apoye la industria’. Pero yo creo que la gente está esperando estas películas', agrega.

Otra cosa que analiza son los ingresos.'El porcentaje que le dan al productor en salas es muy bajito: le quedan unos $2.300 pesos. Si lo comparas con una plataforma digital, le queda más o menos del 90% al 50% de la boleta'.

Osorio añade que el Salón tiene la posibilidad de llegarle a 'un nuevo público, que antes de pronto no estaba en la mira porque el evento era presencial'. Cree que 'las cifras se van a incrementar', lo cual no quiere decir 'que no debamos encontrarnos, abrazarnos y sentir el cine cara a cara; pero la pandemia abre los ojos a nuevas posibilidades, y las cosas que íbamos a hacer en el futuro cercano se nos adelantaron'.