‘El Transportador’, ‘Beekeeper’, ‘Megalodón’, ‘Los Indestructibles’ y ‘Línea de fuego’ son solo algunas de las exitosas películas en las que ha participado el británico Jason Statham, quien se ha ganado un puesto entre los mejores actores en el género de acción.
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En cada una de sus actuaciones en industria de Hollywood se evidencia su pasión y destreza en las escenas de habilidad y enfrentamientos, por lo cual muchos recuerdan que el actor de 57 años estuvo a punto de convertirse en un deportista olímpico.
El artista nacido en Shirebrook dedicó 12 años de su vida al deporte, siendo miembro del equipo británico de natación. Su futuro era prometedor y estuvo muy cerca de participar en los juegos olímpicos de Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, pero el sueño se vio truncado al ocupar la tercera posición en las competencias.
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A pesar de ello, decidió darse una nueva oportunidad, pero esta vez en el trampolín durante los Juegos de la Mancomunidad de 1990. Allí se ubicó en el octavo lugar en la categoría de un metro, undécimo en la categoría de tres metros y décimo en la de diez metros, quedándose con ninguna opción de medalla.
Por un tiempo se preparó para participar como saltador de trampolín en los juegos Olímpicos de Barcelona; sin embargo, la opción de representar a su país fue imposible tras conocer que solo dos deportistas serían enviados por el equipo británico y él había ocupado nuevamente el tercero.
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Aunque Jason Statham no logró su sueño de convertirse en deportista olímpico ha manifestado en algunas ocasiones que esto le enseñó disciplina y concentración.
Su papel protagónico más reciente fue en la película Beekeeper o Sentencia de muerte, donde interpreta a Dam Clay, un Beekeeper retirado quien descubre una conspiración en los niveles más altos del gobierno y tendrá que desbloquear todos los mecanismos de defensa y cumplir con su nueva misión, una brutal campaña de venganza contra quienes mataron a su gente.
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Dirigida por el norteamericano David Ayer (Escuadrón Suicida), esta cinta contó en su elenco también con actores de la talla de Josh Hutcherson y Jeremy Irons.
El actor británico explicó sobre su personaje que “lo que sabemos es que Clay tiene unas habilidades increíbles. Es casi como un supersoldado que está ahí para proteger a la sociedad. Cuando la sociedad no puede protegerse a sí misma, él es la persona indicada, un Beekeeper, que entra en escena para restablecer el equilibrio. Eso es lo que realmente representa Adam Clay, es uno de esos tipos que, en realidad, no existen. Es casi como un fantasma que viene y corrige el rumbo”.
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Una característica única de Adam Clay es que no es un tipo de armas, per se. David Ayer, el director, explica que él no anda por la vida portando un arma. En la historia, Clay acaba con casi todos sus adversarios sin disparar un solo tiro.
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“Es sólo una herramienta de las muchas que utiliza. Puede tomar una pistola y desmontarla y convertirla en un arma blanca o un garrote. Era casi la idea de que un apicultor tiene manos de mago. Sabes que puede hacer cualquier cosa”, precisó.