En 2018, Un pequeño favor sorprendió a todos combinando misterio, humor negro y una dosis de moda impecable. Siete años después, el dúo explosivo formado por Anna Kendrick y Blake Lively vuelve a escena en Otro pequeño favor, una secuela que promete llevar todo al extremo: más locura, más elegancia, más traición… y sí, también más cadáveres.
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Dirigida nuevamente por Paul Feig, esta comedia negra aterriza el 1 de mayo en Prime Video con una invitación irresistible: acompañarlas a una boda de alto riesgo en la impresionante isla de Capri.
“¡Hay alegría porque realmente disfrutamos trabajar juntas y visitar estos nuevos lugares!”, dice Lively sobre el rodaje. “Paul crea un ambiente increíble. Es salvaje. Es extravagante. Es divertido”.
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Esta vez, Stephanie Smothers (Kendrick) y Emily Nelson (Lively) se reencuentran para la boda de Emily, tras su inesperada liberación de prisión. Lo que empieza como una celebración en uno de los lugares más hermosos del mundo pronto se transforma en una pesadilla llena de secretos familiares, viejas rencillas y nuevos enemigos.
Un favor… no tan pequeño
Para quienes necesitan un repaso: Un pequeño favor narraba cómo Stephanie, una mamá vloguera, se veía envuelta en una espiral de engaños cuando su amiga Emily desaparecía misteriosamente. Lo que parecía un simple favor terminó revelando una historia de suplantaciones, asesinatos y un pasado oscuro.
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Kendrick confiesa entre risas que tuvo que refrescar su memoria antes de grabar la secuela: “Olvidé muchas cosas que pasaron. Ocurrieron situaciones bastante locas”.
En Otro pequeño favor, Stephanie ha convertido su fama viral en una carrera como autora de crímenes reales. Pero cuando Emily aparece —muy viva y lista para casarse con un misterioso hombre de su pasado, Dante Versano (Michele Morrone)—, su mundo vuelve a tambalearse. “De alguna forma me engañan o me obligan a emprender una aventura con ella”, bromea Kendrick.
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Y sí, lo que parece ser un viaje sencillo para ser dama de honor rápidamente se convierte en un juego mortal en el paraíso.
La historia detrás de esta inesperada secuela
Aunque Un pequeño favor fue un éxito rotundo (casi 100 millones de dólares recaudados con un presupuesto de 20 millones), una continuación no estaba en los planes. “Definitivamente no estaba planeado desde el principio hacer una secuela”, asegura la productora Laura Fischer.
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Sin embargo, durante la pandemia, el interés revivió gracias a las plataformas de streaming y un popular pódcast basado en la película. “Mientras estábamos atrapados en casa en 2020, nos dedicamos a imaginar cómo y dónde podríamos traerlos de regreso”, explica Fischer. Fue entonces cuando la guionista Jessica Sharzer propuso la idea: Emily libre tras una apelación... y otro favor pendiente.
Paul Feig, quien siempre había evitado hacer secuelas, no pudo resistirse. “Estos dos personajes realmente se quedaron en mi cabeza y sentí que había algo más que contar con ellos”, admite el director. “Me encantó la idea de sacar a Stephanie de los suburbios y llevarla a la opulencia exagerada de Capri”.
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Un reencuentro explosivo
Volver a dar vida a Stephanie y Emily fue como montar en bicicleta para Kendrick y Lively, aunque esta vez en terrenos aún más peligrosos.
“Es muy similar a la primera película, donde es como: ‘¿Qué estoy haciendo? ¡No lo sé! Ya veremos’”, dice Kendrick sobre el tono impredecible de la historia.
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Lively, por su parte, destaca la vibra salvaje del proyecto: “Estamos haciendo esta escena muy dramática y de repente pasamos a una escena muy exagerada. ¿Es una comedia? ¿Es un drama? Y cuando le pregunté a Paul, él dijo: ‘Sí’”.
Con una dinámica aún más intensa, las actrices se enfrentan a giros de trama más grandes, más acción y apuestas más altas. “Es más grande. Los giros son sorprendentes y creo que es interesante estar en una segunda película donde te sientes igualmente aterrada”, comenta Lively.
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La complicidad del elenco fue vital para lograr el tono juguetón y peligroso que define la cinta. “Cada día llegaba a casa diciéndole a mi familia, ‘Dios mío, este grupo de personas es maravilloso’”, agrega Lively.
Nuevas caras, viejos secretos
Además del regreso de Henry Golding como Sean y Andrew Rannells como Darren, la secuela presenta a Michele Morrone como Dante, el enigmático novio de Emily, y a la actriz italiana Elena Sofia Ricci como Portia, su feroz madre mafiosa.
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“Michele tenía esa energía que necesitábamos para Dante”, explica Feig. El actor, conocido por 365 días, confiesa: “Estaba extremadamente emocionado cuando me llamó Paul Feig para formar parte de esta aventura”.
La familia de Emily también cobra protagonismo, con Elizabeth Perkins interpretando a Margaret, su problemática madre, y Allison Janney como Linda, la tía nada confiable. “Cuando descubrí que Paul estaba haciendo Otro pequeño favor y que quería que yo fuera parte de ella, y que iban a filmar en Roma y en Capri, dije: ¡Apúntame!”, recuerda Janney.
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Si algo caracteriza a Otro pequeño favor es su deslumbrante despliegue de vestuarios. Emily irrumpe en pantalla con un impactante traje de rayas, reinterpretación chic de un uniforme carcelario, y un vestido de novia que es todo menos tradicional: corsé de látex, falda gigante y un velo de 20 pies.
“Cada vez que Emily aparece, quiero que el público diga: ‘Oh, increíble, ¿qué lleva puesto ahora?’”, afirma Feig.
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La diseñadora de vestuario Renee Ehrlich Kalfus trabajó codo a codo con Lively para crear looks que combinan sofisticación, rebeldía y poder. El resultado: una Emily más magnética que nunca.
Mientras tanto, Stephanie conserva su estilo más discreto, aunque también tiene sus momentos de alta costura, especialmente en la boda.
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Una escapada italiana inolvidable
Capri no es solo el escenario: es casi un personaje más. Para Feig, que visita la isla desde hace tres décadas, filmar allí fue un sueño cumplido. “Hay algo tan mágico en ese lugar. Es como un sitio fuera del tiempo”, comenta.
La boda de Emily, rodada en el Faro di Punta Carena, fue una producción monumental. “Nos tomó bastante tiempo asegurarnos de que toda la decoración, las hermosas flores y la alfombra se construyeran adecuadamente”, explica la supervisora de locaciones Elisabetta Tomass
El rodaje también incluyó lugares emblemáticos como la Piazzetta de Capri, el lujoso Hotel Quisisana y la majestuosa Villa Adriana en Roma.
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“¡El primer día fue en un bote rodeando la isla!”, recuerda Kendrick emocionada sobre su llegada al set.
