Por los corredores y terrazas de la Facultad de Bellas Artes, alumnos y profesores caminaban guardando un silencio respetuoso.
'Mi sentido pésame, profe', le decían los estudiantes de Música a la docente Anouschka Villanueva, que lloraba por la partida del 'maestro de maestros' Alberto Carbonell Jimeno.
El músico y arreglista barranquillero falleció ayer, a las 2:15 a.m., en la Clínica del Caribe, a causa de un paro cardiorrespiratorio.
'Él es el padre de todos los actuales directores corales que estamos activos en la ciudad. Su forma de arreglar los boleros era impresionante. Una de las obras que recorrió el mundo entero fue Prende la vela, la primera que arregló', contó Villanueva.
La mujer, que hace parte del Coro Pedro Biava, señala que este fue fundado por el maestro Carbonell, quien 'lo dirigió por más de 16 años'.
'El nos dijo que retomaríamos ensayos después de Carnavales', relató nostálgica.
La enseñanza de la música coral y la música en general fue siempre su pasión, así lo confirmó en una entrevista con EL HERALDO el año pasado.
Su relación con este arte empezó a los seis años, cuando aprendió a tocar violín en el colegio Lourdes.
Luego, al cumplir 10, se creó la Escuela de Bellas Artes y continuó en ella sus estudios, bajo la guía de profesores italianos que llegaron del Conservatorio Santa Cecilia.
En esa escuela se formó como músico y fue el maestro Pedro Biava quien le enseñó lo relacionado a la dirección coral.
Los estudiantes de la Facultad de Bellas Artes recordaron que el maestro llegaba en las tardes a la institución e ingresaba a las clases para compartir su conocimiento.
'Era un hombre enamorado de la música. Llegaba en las tardes e interrumpía las clases, pero por la pasión de querer estar haciendo cosas que tenían que ver con sus arreglos. Todos los profesores le abrían la puerta', dijo Jaider Rodríguez, estudiante de Música.
'Yo como alumno de él me siento muy agradecido porque nos enseñó a perseverar, a creer en la música coral. Decía que la vida sin música no es nada y que los jóvenes estamos llamados a estudiarla. Él siempre compartió su legado musical, nunca fue egoísta, ni pidió dinero a cambio de nada', reveló Rosemberg Cueto, director del coro de Puerto Colombia, el cual ostenta su nombre.
Carbonell, quien tenía 85 años, logró realizar más de 150 arreglos para coro, de canciones de música colombiana, principalmente del Caribe.
Fiesta en corraleja, La casa en el aire y Lamento náufrago son algunas de las composiciones que estaban en su repertorio.