Jorge Luis Pinto, el técnico que quedó subcampeón con Millonarios en 1984, fue el que más combatió los títulos por este equipo en 1987 y 1988.
El primero de ellos todavía insiste que se lo robaron a Santa Fe, equipo que él dirigía en ese entonces, denunciando que en el clásico que disputaron el 16 de diciembre de ese año, y que Millos ganó 1-0, Jorge Taverna, delantero argentino al servicio de Santa Fe, fue sobornado para que malograra una pena máxima a favor de su escuadra cuando el partido iba 0-0.
A partir de allí empezó la guerra con Luis Augusto García, técnico de Millonarios en esos años. El santandereano dice haber reunido las pruebas que confirmaban que el Chiqui había comprado árbitros y sobornado jugadores de otros equipos. Desde entonces Pinto se convirtió en el peor enemigo de García y hasta el sol de hoy sus diferencias son irreconciliables.
El título de Millonarios en 1988 también estuvo empañado las ayudas arbitrales que el equipo embajador recibió en varios partidos. El más escandaloso fue ante Santa Fe, en el cual le sancionaron como pena máxima una falta que le cometieron a tres metros del área a Rubén Darío Hernández. Cobró Mario Vanemerak y le dio el triunfo 2-1 a su equipo.
Ante Junior, en la última fecha, empató 1-1, pero se recuerda que al equipo rojiblanco le anularon un gol de manera inexplicable.