El llanto estaba reprimido y con el pitazo final aparecieron lágrimas de felicidad. Un fuerte abrazo unió a un equipo que durante tres años soñó con levantar ese trofeo que todos querían cargar, como no hacerlo si ese era el que los acreditaba como nuevos inquilinos de la ‘A’.
Alan Navarro, la principal figura de la Uniautónoma en la final del Torneo Postobón (marcó dos goles en la serie), tenía un nudo en la garganta y debía desahogarse. Dos lesiones en su rodilla casi lo privan de seguir jugando fútbol, por eso cuando se matriculó en la ‘U’, decidió poner todo su empeño y sacar a flote todo ese talento que lo caracteriza. 'Solo tengo agradecimiento para mi esposa y mi familia, que siempre me apoyo. Ahora estoy disfrutando este momento, él técnico me llamó y confió en mi talento, sabía que le podía aportar un granito de arena y así lo hice', sostuvo Navarro, mientras continuaba llorando y salía a dar la vuelta olímpica con sus compañeros.
Willy Rodríguez se sentía cómodo en los hombros de sus pupilos, quienes lo pasearon y así le agradecieron por haberlos conducido hasta la máxima categoría del fútbol profesional colombiano. 'La gloria y la honra es para Dios, este fue un grupo que luchó durante todo el año. Mantuvo una regularidad, el segundo campeonato fue difícil, pero al final logramos clasificar a los cuadrangulares y logramos el ascenso', afirmó el técnico vallecaucano, que quedó en la historia de la U.
El recorrido con el trofeo seguía, lo levantaron y se lo enseñaron a esa afición que los acompañó en el emblemático estadio Metropolitano. ‘‘Este es el premio al trabajo y a la sencillez. Gracias a este público que vino y nos brindó su apoyo', contó el defensa monteriano Alonso Acosta.
Uniautónoma ya es de la ‘A’, celebró a lo grande y merecidamente.