El Trofeo de la Copa Mundial de la Fifa se ha convertido en el galardón deportivo más codiciado y más reconocible del mundo, y puede reclamar para sí una universalidad que solo un símbolo del fútbol puede disfrutar.
El actual trofeo es, de hecho, la segunda generación del ansiado premio. El primer trofeo, que recibió el nombre de Copa Jules Rimet en 1946, en honor al fundador de la Copa Mundial de la Fifa, fue el resultado de un encargo de la Fifa al escultor francés Abel Lafleur. El trofeo representaba a la diosa de la victoria, que alzaba por encima de su cabeza un recipiente octagonal, y estaba elaborado en oro con una base de piedras semipreciosas. (Ver infografía)
La historia de la Copa Jules Rimet es realmente apasionante. Para empezar, pasó toda la II Guerra Mundial escondida en una caja de zapatos debajo de una cama. Fue robada en 1966 durante su exhibición en Inglaterra. Con ayuda de un perrito llamado Pickles, los detectives de Scotland Yard encontraron la Copa escondida en un jardín de una ciudad inglesa.
Como medida de seguridad, The Football Association fabricó en secreto una réplica del trofeo para ser usada en las celebraciones posteriores. La réplica también fue usada en ocasiones subsecuentes hasta 1970. Fue vendida en una subasta en 1997 por £254.500 (libra esterlina), cuando fue comprada por la Fifa. El alto precio de venta llevó a especulaciones de que el trofeo subastado no era una réplica, sino el genuino. Después de la subasta, la Fifa puso en exhibición a la réplica en el Museo Nacional de Fútbol en Preston, Inglaterra.
En aquella época, las reglas de la Fifa establecían que la nación que ganara tres Copas Mundiales podía convertirse en dueña permanente del trofeo. Brasil lo consiguió y se llevó la Copa a casa en 1970. Entonces, sobrevino la tragedia. En 1983, el trofeo desapareció de nuevo, esta vez en Río de Janeiro. Al momento del robo, la copa se encontraba en un gabinete con un frente de cristal antibalas, pero su parte posterior hecha de madera fue abierta con una palanca.
La realidad es que el trofeo Jules Rimet nunca volvió a aparecer y nunca se supo lo que de verdad ocurrió con él. Quizá fue fundido o quizá descansa en casa de algún coleccionista rodeado de otros tesoros. O quizá, como apuntan otras versiones, nunca sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y sólo hubo réplicas posteriores. De momento es un enigma que sigue sin respuesta y que, cada día que pasa, es más difícil de resolver.
UN NUEVO TROFEO. A principios de la década de 1970, la Fifa había encargado un nuevo trofeo para la X Copa Mundial, que se celebraría en 1974. Artistas de siete países presentaron 53 diseños diferentes y, de todos ellos, la Fifa eligió la obra de un artista italiano: Silvio Gazzaniga.
Gazzaniga describe así su creación: 'Las líneas surgen de la base y se elevan en espirales hasta encontrarse con el mundo. De estas excepcionales tensiones dinámicas que se producen en el cuerpo compacto de la escultura brotan las figuras de dos atletas en el momento culminante de la victoria'.
Ya no es posible conquistar el derecho a conservar en perpetuidad el trofeo de la Copa Mundial original, pues el nuevo reglamento establece que este deberá ser para siempre posesión exclusiva de la Fifa. No obstante, los ganadores de la Copa Mundial reciben una réplica para que la conserven como perpetuo recuerdo de su excelso triunfo. Estas réplicas, chapadas en oro, se conocen como los trofeos de los ganadores de la Copa Mundial de la Fifa.
El auténtico, el genuino, el irrepetible trofeo de la Copa Mundial tiene 36,8 centímetros de altura, 6,175 gramos de peso, y está elaborado en oro de 18 quilates. La base contiene dos anillos de malaquita, una piedra semipreciosa, y en la cara inferior aparecen grabados los años y los nombres de todos los campeones de la Copa Mundial de la Fifa desde la edición de 1974.