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Era un duelo de rojos: Los sudamericanos por querer llegar en primera clase al cielo, los europeos otros por conseguir paracaídas que los dejaran con vida, para tratar de revivir la historia de hace 4 años, cuando pese a perder el primer partido ante Suiza, terminaron ganando la Copa Mundo en territorio Sudafricano.

El ímpetu chileno comenzaba desde horas antes del partido cuando miles de hinchas australes inundaban los alrededores del Estadio Maracaná de Rio de Janeiro apoyando a su Selección, y que después de iniciado el partido convirtieron al equipo austral en local.

Los nervios y la ansiedad española poco a poco fueron haciéndose más evidentes ante un enjundioso cuadro austral, que entendió que la mejor manera de respetar al actual campeón del mundo era atacarlo desde el inicio del encuentro. Y lo consiguió, presionándolo desde arriba, no dejando respirar a una defensa española que claramente no se recuperaba de sus heridas del partido anterior con Holanda.

A pesar que en el terreno de juego había una selección española que intentaba demostrar con más ganas que fútbol el por qué era la vigente campeona del mundo, los chilenos poco a poco fueron adueñándose del partido y manejándolo a su antojo.

Manejo que se comenzó a concretar en el minuto 20, cuando luego de una combinación de Arturo Vidal con Alexis Sánchez, el niño maravilla del Barcelona habilitó por derecha a Charles Aranguiz, quien suavemente centró para que Eduardo Vargas castigara a placer el arco de Iker Casillas. 1 a 0 a favor de los australes y el estadio quería enloquecer.

Los campeones seguían tímidos, asustados, como si no fuera el mismo equipo de grandes jornadas épicas mientras que los jugadores chilenos se movían a placer.

Minuto 43: Un cobro de falta de Alexis Sánchez, fue terriblemente despejado por Casillas y ante la pasividad de la defensa, otra vez el intratable Aranguiz apareció, pero esta vez con el puntazo final para colocar el 2-0 a favor de Chile. Locura total sudamericana, impotencia total europea.

La enjundia y dignidad española parecían recuperarse poco a poco cuando Andrés Iniesta comenzó a comandar a su equipo. El ingreso de Koke por Xabi Alonso buscó recuperar más la pelota y poco a poco España se fue aplomando. Una chalaca de Diego Costa dejó a Busquets solo frente al arco y el volante del Barcelona desperdició la oportunidad más clara.

No pudo, a España no le salió nada de lo planificado en esta Copa, gracias en gran medida a un ordenadísimo y valiente equipo Sudamericano. La Roja española repite la desastrosa actuación de Francia en 2002 e Italia en 2006, cuando siendo vigentes campeones del mundo no pudieron pasar de primera Ronda. Con un futuro incierto, hoy hablan de un fin de ciclo.