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Un gol de cabeza del central Mat Hummels fue suficiente para convertir a Alemania en la primera semifinalista del Mundial de Brasil, tras derrotar a una meritoria selección francesa, que no tuvo remate.

Condicionados por el calor y la intensa humedad, Alemania y Francia jugaron un partido de pocas revoluciones en Maracaná, que se resolvió pronto a balón parado. Por un centro de Toni Kroos y un remate de Hummels.

En un duelo muy táctico, el técnico alemán, Joachim Löw, jugó al despiste. Después de alimentar la polémica sobre el puesto Lahm, Joachim Löw le volvió a situar como lateral, pobló el centro del campo con la aportación de Thomas Müller y dio entrada en el equipo a Miroslav Klose, para fijar la defensa francesa.

A los trece minutos, con la defensa pendiente de Klose, Hummels entró libre de marca para aprovechar una falta lanzada por Kroos, el mejor pasador del Mundial que pretende el Real Madrid.

Con ventaja en el marcador, el equipo de Löw quiso mantener el control por medio de la posesión, con esos pases cortos que admiraba el técnico germano de la selección española, pero se olvidó de la meta rival.

Sólo Karim Benzema lo intentó en el doble de ocasiones, que todo el conjunto alemán en todo el primer tiempo, pero el atacante madridista no estuvo acertado y la meritoria reacción se quedó sin premio. Tras el intermedio, siguió llegando el equipo de Deschamps, cada vez jugó más tiempo en terreno alemán e hizo daño con la movilidad, pero siempre le faltó remate.

El arreón final francés, le permitió a Alemania encontrar espacios al contragolpe y Schürrle falló la oportunidad de sentenciar, solo ante Lloris, que despejó con el pie su flojo disparo.

A la desesperada, Deschamps envió al campo un nuevo delantero, Olivier Giroud, pero su equipo, debilitado en el centro del campo, ya no tuvo fuerzas más que para una postrera acción de Benzema desbaratada por Neuer ante un equipo alemán más práctico, que entra en semifinales con menos juego y más eficacia que en ocasiones anteriores. Efe.