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Grandes y panzones o delgados y musculosos, muchos jugadores llegaron a la pretemporada de Grandes Ligas con un físico distinto al que exhibían la campaña pasada.

Ryan Howard bajó de peso. CC Sabathia subió. Jered Weaver luce más musculoso, y el venezolano Jesús Montero se deshizo de la grasa. Todos transformaron sus cuerpos por diversos motivos, algunos con la esperanza de repuntar después de malos años, y otros con la intención de mantenerse saludables durante los 162 partidos del año.

'Estaba buscando un peso ideal para jugar', dijo Sabathia, quien llegó a los campos de entrenamiento de los Yanquis de Nueva York con un peso de más de 136 kilos. 'El año pasado llegué muy delgado'.

Sabathia en realidad tuvo su primera transformación hace dos años, cuando perdió unos 14 kilos para poner menos presión sobre sus rodillas. Pero ese cambio tuvo una consecuencia inesperada, ya que alteró su mecánica de lanzar.

Después de consultar con el médico de los Yanquis, Christopher Ahmad, el zurdo decidió volver a subir de peso. Sabathia espera que un físico parecido al que ha tenido casi toda su carrera le ayude a conseguir los resultados de antes.

'Siento que este es un buen peso, me siento más fuerte', comentó. 'Siento las piernas fuertes, y puedo empujar con más fuerza en el montículo'.

En todo caso, Sabathia no es la norma. La mayoría de los peloteros se pasan las vacaciones tratando de bajar de peso, cambiando sus hábitos alimenticios y trabajando en el gimnasio.

Howard dejó de comer dulces y aumentó el ritmo de sus entrenamientos en noviembre. El toletero de los Filis de Filadelfia llegó a los campos unos nueve kilos más liviano, y espera que su nuevo físico le ayude a revertir los resultados de un 2014 en el que apenas bateó .233.

'Sólo comí un poco más sano', explicó. 'De repente haces algo de trampa, pero, en términos generales, tratas de seguir el régimen al pie de la letra'.

Una de las transformaciones más notables fue la de Montero, quien estuvo suspendido la temporada pasada por pelearse con un evaluador de talento por un sándwich de helado.

Alguna vez considerado como un prospecto de lujo, el peso del venezolano aumentó tanto que ya no era considerado como el cátcher del futuro de los Marineros de Seattle. Algunos incluso se preguntaban si tendría algún futuro en las mayores. Pero el oriundo de Guacara se dedicó a trabajar en su físico durante las vacaciones y llegó a Arizona con unos 14 kilos menos, más rápido y ágil que nunca.

Montero dijo que su motivación no fue sólo su carrera deportiva, sino también su hija Loren.

'Quiero que ella me vea como un ejemplo, no como alguien que tira la toalla', señaló. 'Eso era lo que pensaba todo el tiempo, quiero darle algo para cuando crezca'.

Weaver, el as de los Angelinos de Los Ángeles, aumentó a más de 100 kilos con la esperanza de durar más en los partidos. Y el pitcher de Kansas City, Danny Duffy, también subió de peso con la meta de durar más.

El prospecto de los Cachorros, Javier Báez, bajó de peso jugando en la pelota invernal en Puerto Rico, donde el calor y la humedad le hacían sudar más. Además, fue operado de los dientes, lo que evitó que comiera con normalidad. AP